Por Ernesto Rodríguez
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) considerado por décadas como uno de las organizaciones baluartes de la política en el país, pasa de lo sublime a lo ridículo; de ser el sostén de la democracia a partido emergente.
El partido blanco fundado por Juan Bosch en 1939, en el exterior, está lejos de ser lo que fue en sus años de gloria. Su ideología socialdemocracia, bajo el esquema de los partidos de la centroizquierda política y lo valoraron como el “partido del pueblo”.
El PRD ha visto pasar figuras como José Francisco Pena Gómez, consideramos el más grande líder de masas y catalogado como la personalidad más emblemática de esa organización política, así también Antonio Guzmán Fernández, quien ganó en 1978 y que marcó el inicio de la democracia.
El PRD ha perdido tanto votantes como el respeto de ser uno de los denominados partidos “grandes del país”.
Divisiones, renuncias y acuerdos de aposento con otros partidos absolvieron lo que una vez fue la más poderosa organización política del país.
En el 2000 cuando llegaron al poder de la mano de Hipólito Mejía lograron un 49.87%.
Desde entonces lo vivido en esa organización ha sido mas sombras que luces, ya que en los comicios del 2004 el PRD obtuvo 33.65%, tras una tensa situación a lo interno del partido por la reelección de Hipólito Mejía, que conllevo una crisis y la salida de varios dirigentes.
En el 2008, El PRD logró para las elecciones presidenciales 1,186,144, votos perdiendo los comicios cuando llevó a Miguel Vargas Maldonado como candidato presidencial.
Aunque aportaba recursos económicos, Miguel Vargas Maldonado nunca había ocupado un cargo electivo, carecía de ascendiente en las masas perredeístas y no contaba con una historia política que le permitiera ganar el apoyo de sectores ajenos al partido.
Conflictos, expulsiones y sillazos
Los conflictos se iniciaron previo a las elecciones del 2012 cuando Vargas Maldonado acusó al expresidente Mejía de ganar la convención interna con el apoyo del PLD.
En las elecciones del 2012, con el expresidente Hipólito Mejía como candidato presidencial, el PRD logró mantenerse como la organización política más votada, alcanzando de manera particular 1,911,341 votos, cifra que subió a 2,129,997 con los aliados, igual al 47%.
El PRD logro sin votos de alianzas 1, 911, 341 votos para un 42.13%. Tras estos resultados Mejía acusó a Vargas de no sumarse a la campaña por alcanzar la Presidencia.
En el 2013, la crisis del PRD llegó a su punto mas alto, cuando enero de ese mismo año su cúpula directiva decidió expulsar a Mejía y a su presidente en funciones, Andrés Bautista, así como suspender al secretario general, Orlando Jorge Mera, y a la secretaria de organización, Geanilda Vásquez.
Una semana después, los partidarios de Mejía celebraron una comisión política en la que declararon nula la decisión de la cúpula del PRD, liderada por Miguel Vargas.
Durante la celebración de la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, tendencias de Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado se enfrentaran a tiros y sillazos, dejando al menos ocho personas heridas y una cicatriz en el organismo que fue dificil de ocultar.
Para los comicios de 2016, el PRD decidió declinar a sus aspiraciones presidenciales para apoyar la reelección del presidente Danilo Medina, esa decisión colocó a esa organización en condición de “partido bisagra”, ya que por primera vez en su historia no llevaba a un proceso electoral un candidato de su propia organización política.
Esto conllevo a que el histórico partido blanco se desintegrara, provocando la salida de importantes dirigentes de esa organización.
Cuatro años después, el PRD volvió a dar su apoyo al PLD y a su candidato Gonzalo Castillo, pero en esta ocasión apenas pudieron aportar 97,655 votos para un 2.38%, muy lejos del 5% necesario para pertenecer al denominado de partidos mayoritarios.
Este resultado esta muy lejos de lo que fue en un momento el histórico partido, calificado por muchos como insignia del pueblo dominicano.
