La crisis económica en el Reino Unido, donde la pandemia del coronavirus ha abocado al producto interior bruto (PIB) a una “histórica” caída del 20,4% en abril, ha forzado al Ejecutivo conservador a eliminar las trabas que obstaculicen el retorno del turismo y el acceso a bares y comercios.
La cifra récord arrojada hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) es peor de la prevista por los analistas -que barajaban una contracción del PIB del 18,7 %- y se atribuye al confinamiento decretado en marzo para frenar el virus.
Ese organismo había informado en mayo de que el PIB retrocedió el 2 % en el primer trimestre del año, la mayor caída desde 2008 y señal de que el país va camino de la recesión.
EL CONFINAMIENTO, CAUSA DE LA CAÍDA HISTÓRICA DEL PIB
El notable retroceso refleja las consecuencias de los cierres de comercios, bares, restaurantes y fábricas del país, que tuvieron que suspender la tarea de sus trabajadores ante la repentina ausencia de ingresos.
El subdirector nacional de estadísticas de la ONS, Jonathan Athow, remarcó hoy a la BBC que es un dato “sin precedentes” y que aún es “demasiado pronto” para saber con qué rapidez se podrá recuperar la actividad económica en los próximos meses.
Se estima que este país va camino del peor trimestre (abril-junio) de retroceso económico de su historia.
Todas las áreas de la economía se han visto golpeadas, siendo las más afectados, según ese analista, los pubs, el sector de educación, la sanidad, la construcción y las ventas de automóviles, “que han contribuido mayormente a esa histórica caída”.
PROGRAMAS PARA ALIVIAR IMPACTO ECONÓMICO DEL VIRUS
A raíz de esas cifras aciagas, el ministro de Economía, Rishi Sunak, dijo que “como muchos otros países de todo el mundo, el coronavirus está teniendo un grave impacto en la economía”.
Recordó que los programas de ayuda gubernamentales, como los destinados a ayudar a las empresas a evitar despidos y recortes fiscales, “han protegido miles de negocios y millones de empleos”.
Según Sunak, la vida de los ciudadanos será “un poquito más normal” una vez reabran las riendas el próximo lunes en Inglaterra, una de las medidas de desescalada anunciadas por este Gobierno.
Los comercios en Irlanda del Norte ya pueden continuar con sus negocios mientras que Escocia y Gales tienen su propia agenda para suavizar las restricciones y están a la espera de conocer detalles.
Por su parte, el primer ministro, Boris Johnson, admitió hoy que las cifras “no le sorprenden”, pues este país “depende en gran manera de los servicios” y cuenta con una “economía creativa y dinámica, muy dependiente del contacto humano”.
Al mismo tiempo, no tuvo dudas de que la economía se “recuperará” y dijo que su Ejecutivo está comprometido con un programa de impulso a infraestructuras, tecnología e inversión.
El líder tory decretó el confinamiento el pasado 23 de marzo a fin de contener la propagación del virus en este país, cuya cifra total de muertes por la COVID-19 es de 41.279, según los últimos datos divulgados ayer.
El Gobierno garantizó 330.000 millones de libras (375.000 millones de euros) en préstamos a empresas afectadas para que pudieran pagar hasta el 80% de los salarios de los trabajadores.
POLÉMICA POR LA NORMA DE DISTANCIAMIENTO SOCIAL
También se ha intensificado la presión sobre Johnson para que suavice la regla de distanciamiento social de dos metros, dando a las empresas y establecimientos de ocio y hostelería más oportunidades de sobrevivir y permitiendo que más niños puedan volver al colegio.
Un informe parlamentario multipartito sobre el sector hostelero y turismo reveló que tres cuartos de las empresas del sector podrían perder hasta un 80 por ciento de su capacidad al regirse por esa norma.
El documento indica que “excede las directrices de la Organización Mundial de la Salud de un metro” y que no resulta “factible” a la hora de viajar o en los negocios turísticos.
Un portavoz del Gobierno señaló hoy que esa directriz está “sometida a revisión constante” y modificarla o no dependerá de la evidencia científica sobre la transmisión del virus.
LONDRES NO INTRODUCIRÁ CONTROLES ADUANEROS COMPLETOS A IMPORTACIONES DE LA UE
En línea con las medidas diseñadas para impulsar la economía, el Reino Unido ha abandonado sus planes de introducir controles aduaneros completos a las importaciones de la Unión Europea a partir del 1 de enero, cuando acaba el periodo de transición, por el efecto de la COVID-19 en las empresas.
Según revela hoy el Financial Times, el ministro del Gabinete, Michael Gove, ha aceptado que las empresas no podrán afrontar la crisis originada por el brote y un posible desorden en la frontera tras el periodo de transición.
En la actual transición, este país -que abandonó la UE el pasado 31 de enero- y el bloque europeo negocian un acuerdo comercial que regirá la futura relación a partir de 2021.
Fuente: EFE