Roma,(EFE).-El papa Francisco nombró este martes un nuevo obispo para la diócesis chilena de San Felipe de Aconcagua, en la región Valparaíso (centro) y un obispo auxiliar para la Arquidiócesis de Santiago, informó este martes la Conferencia Episcopal de Chile.
El nuevo obispo de la Diócesis de San Felipe de Aconcagua será el presbítero Gonzalo Arturo Bravo Álvarez, nacido en 1962 y perteneciente al clero de Valparaíso, que hasta ahora ejercía como párroco de la parroquia El Salvador del Mundo La Matriz, y decano de la Facultad de Ciencias Eclesiásticas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Como nuevo obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago de Chile ejercerá el presbítero Julio Esteban Larrondo Yáñez, nacido en 1959, del clero de Santiago, hasta ahora párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, en la localidad aledaña a la capital de La Cisterna, asignándole la Sede Titular Episcopal de Magarmel.
De esta manera, en la Arquidiócesis de Santiago colaborarán con el arzobispo ahora tres obispos auxiliares con dedicación permanente, el recién nombrado Larrondo junto a Cristián Roncagliolo y Alberto Lorenzelli, ya que otros dos auxiliares de Santiago son administradores apostólicos en diócesis (Pedro Ossandón y Galo Fernández) y el obispo Andrés Arteaga se encuentra con impedimento de salud.
Con estos nombramientos, son cinco las sedes que quedan vacantes de las 27 jurisdicciones eclesiásticas en Chile: Copiapó (norte), a cargo de un administrador diocesano; y Rancagua, Valparaíso, Talca (todas en el centro), y Valdivia (sur), todas estas a cargo de un administrador apostólico.
La Iglesia Católica chilena atraviesa una crisis causada por los abusos sexuales cometidos por algunos de sus miembros, lo que ha provocado la renuncia de obispos, pastores y sacerdotes, la expulsión de otros y decenas de juicios que involucran a religiosos.