Naciones Unidas, EFE.- El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este miércoles a petición de Rusia para abordar la situación en Venezuela tras los ataques fallidos de hace dos semanas que supuestamente buscaban desbancar del poder a Nicolás Maduro.
La cita, añadida este martes a la agenda oficial del Consejo de Seguridad, se celebrará por videoconferencia a partir de las 15.00 hora local (19.00 GMT) y se abrirá con un informe de la responsable de Asuntos Políticos de Naciones Unidas, la estadounidense Rosemary DiCarlo.
Según dijeron a Efe fuentes diplomáticas, la reunión fue solicitada por Rusia, que es el principal apoyo de Maduro en el Consejo de Seguridad y que el mes pasado convocó a puerta cerrada a este órgano para denunciar las “provocaciones” y “amenazas” de Estados Unidos contra el Gobierno de Maduro.
Moscú también considera que deben levantarse las sanciones estadounidenses y de otros países sobre Venezuela, especialmente en el contexto de la pandemia del coronavirus.
Tras esa cita, el Consejo volvió a abordar la crisis en Venezuela unos días después, el 28 de abril, en este caso a petición de los países de la Unión Europea (UE) para analizar la situación humanitaria y el efecto que puede tener la COVID-19.
La reunión de este miércoles llega después de que el Gobierno de Maduro denunciase ante Naciones Unidas los fallidos ataques del 3 y el 4 de mayo, de los que responsabiliza a los Ejecutivos de Colombia y Estados Unidos, que han negado cualquier implicación.
En una carta, el embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, pidió al Consejo de Seguridad que reconozca “que la agresión perpetrada por los Gobiernos de Bogotá y Washington contra Venezuela entre el 3 y 4 de mayo de 2020 fue un ataque armado que atentó contra la paz y la seguridad” y que emita “una clara declaración condenando y prohibiendo el uso o la amenaza del uso de la fuerza en todas sus formas y manifestaciones contra Venezuela”.
Según Moncada, los ataques fueron perpetrados por “grupos armados de mercenarios y terroristas, organizados, entrenados, financiados y protegidos” por Colombia y EE.UU.
Este lunes, el Gobierno de Venezuela aseguró que uno de los objetivos de los ataques fallidos era “volar” el palacio presidencial de Miraflores y vinculó de nuevo al líder opositor Juan Guaidó con la operación.
Las autoridades venezolanas interceptaron entre el 3 y el 4 de mayo dos intentos de intervención marítima en los estados de Aragua y La Guaira, cercanos a Caracas, en los que murieron ocho personas y fueron detenidas otras 46.
Según las pruebas difundidas por el Gobierno venezolano, entre los arrestados se encuentran dos ciudadanos estadounidenses, Airan Berry y Luke Denman, ambos exmilitares y que contaban con una identificación de la contratista militar Silvercorp.
El estratega político venezolano Juan José Rendón, responsable del Comité de Estrategia del opositor Juan Guaidó, admitió haber firmado un contrato con un representante de Silvercorp, Jordan Goudreau, al que pagó 50.000 dólares, para que llevara a cabo un ataque que terminara con la detención de varios funcionarios del Gobierno.
Desde el estallido de la crisis en Venezuela, el Consejo de Seguridad ha abordado la cuestión de este país en varias ocasiones, sin llegar nunca a acuerdos, dadas las profundas diferencias entre sus miembros permanentes, sobre todo entre Estados Unidos y Rusia.