La gestión de la pandemia está poniendo a prueba a los gobiernos de casi todo el mundo, y Pedro Sánchez no es el único cuyas decisiones comienzan a ser cuestionadas de una forma creciente.
A la primera ministra de Bélgica, la liberal Shopie Wilmès, el personal sanitario le hizo saber su descontento de una forma muy peculiar: Formaron un pasillo humano para darle la bienvenida en su visita de ayer al hospital Saint-Pierre en Bruselas y mientras entraban en el recinto sus coches oficiales, enfermeros y doctores le daban la espalda.
Las imágenes, de las que se han dado eco medios belgas como «Le Soir», demuestran una bienvenida gélida en la que habría participado un centenar de enfermeras, médicos, auxiliares de enferemería o personal de mantenimiento o limpieza según el sindicato CGSP.
Como señala «Le Soir», el sector ha mostrado su desacuerdo hacia los últimos decretos del ejecutivo belga, ya que consideran que están haciendo un gran de esfuerzo y que siempre han estado disponibles. En este sentido, llevan reclamando «una revalorización de la profesión» desde hace meses.
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