Pekín,(EFE).-La provincia suroriental de Cantón y la municipalidad oriental de Shanghái son las dos últimas regiones de China que han decidido rebajar sus niveles de alerta ante el aparente control en el país de la COVID-19, informa hoy la prensa oficial.
Según un despacho de la agencia de noticias estatal Xinhua, ambas zonas, dos de las más importantes del país asiático tanto a nivel doméstico como internacional, bajarán del segundo al tercer nivel en la escala nacional de alertas sanitarias, que consta de cuatro.
Las autoridades de Shanghái, capital económica del país, recordaron que no han registrado ningún caso de transmisión local del coronavirus SARS-CoV-2 desde el pasado 3 de marzo.
El 24 de enero se había activado el nivel 1 de alerta y dos meses después, el 24 de marzo, se había rebajado al segundo. Pese a esta nueva situación, se seguirá recomendando el uso de mascarilla, especialmente en lugares cerrados, y será obligatorio en el transporte público, los centros médicos o las escuelas.
El Gobierno shanghainés también ha regulado el uso del aire acondicionado, muy popular en las zonas costeras de China debido al intenso calor húmedo del verano, con obligaciones para las empresas de desinfectar o cambiar partes clave de los sistemas centrales como los filtros, que serán inspeccionados por técnicos municipales.
Por su parte, la Comisión de Sanidad de Cantón, provincia históricamente dedicada al comercio con el extranjero, indicó que, pese a que este sábado bajen su nivel de alerta sanitaria, seguirán centrados en evitar la aparición de contagios importados de otros países.
En esa región meridional se irán abriendo parques, parajes naturales, locales de ocio y otros establecimientos públicos paulatinamente, y su acceso estará regulado mediante sistemas de reserva con antelación en línea, así como con limitaciones de aforo para evitar aglomeraciones.
Shanghái y Cantón no han sido las únicas dos zonas de China que han decidido disminuir la alerta al tercer nivel en los últimos días, paso que también han dado la provincia oriental de Shandong y la central de Henan.
Asimismo, también han pasado del máximo al segundo nivel la capital, Pekín, donde se celebrará a finales de este mes la sesión anual del Legislativo -inicialmente prevista para principios de marzo y pospuesta por el coronavirus-, y las áreas vecinas de Tianjin y Hebei.
La noticia más celebrada en China, no obstante, se produjo el pasado 1 de mayo, cuando la provincia de Hubei, la más azotada por el virus con más del 80 % de los casos nacionales y el 97 % de las muertes, anunció que rebajaría al segundo nivel su alerta sanitaria después de no registrar ni un solo caso desde el 4 de abril.
Actualmente, el foco de la pandemia en China parece estar en la fronteriza provincia nororiental de Heilongjiang, donde en las últimas semanas se ha producido un repunte de los casos debido al influjo de ciudadanos chinos que regresan desde Rusia, aunque las autoridades siguen considerando que el riesgo en la zona es bajo.
Según el último parte oficial de la Comisión Nacional de Sanidad, solo quedan 260 casos activos de la COVID-19 en el país, de los cuales 18 se encuentran en estado grave. En las últimas 24 horas se dio de alta a 36 pacientes que superaron la enfermedad.
Hasta el momento se han registrado oficialmente en China 82.886 infectados, de los que 4.633 fallecieron y otros 77.993 fueron dados de alta.