Las señales de alerta por el coronavirus en el “País do Futebol” se encendieron en marzo, cuando se registró la primera muerte por la COVID-19 y los torneos regionales se disputaban a pleno furor en los 27 estados.
También recién había comenzado la Copa de Brasil, el campeonato que reúne a 91 equipos de todas las regiones.
A medida de que el coronavirus avanzaba, los Gobiernos regionales determinaron la prohibición de espectáculos públicos y el fútbol fue el primer afectado, teniendo que suspender torneos locales y postergar el inicio de la Liga, previsto para este mes de mayo y del que todavía no se tiene una nueva fecha.
SINDICATOS
Ante la falta de público, de transmisiones de televisión, de patrocinios y sin mercado de jugadores, los futbolistas pidieron voz en las discusiones en el Congreso sobre la crisis financiera de los clubes y el retorno del deporte con “seguridad sanitaria”.
En un comunicado y con un vídeo en el que participaron 16 jugadores de la primera y segunda división, la Asociación Nacional de Deportistas Profesionales (Fenapaf) de Brasil se pronunció por primera vez sobre el asunto y refutó que la reducción salarial sea la única salida para la crisis de los 742 clubes profesionales.
“Nos asusta la velocidad y la inexistencia de debates sobre el asunto”, señaló el comunicado respaldado en vídeo por figuras como Diego Ribas y Éverton Ribeiro (Flamengo), Fernando Prass (Ceará), Nené (Fluminense), Réver y Víctor (Mineiro), Cassio (Corinthians) y Felipe Melo (Palmeiras).
Los deportistas de los 742 clubes declararon que el 94 % de ellos no gana más de dos salarios mínimos mensuales (equivalentes a poco menos de 400 dólares mensuales), diferente del 6 % restante que integran los clubes de primera división.
Además de su sueldo, reciben regalías por derechos de imagen y publicidad, beneficios que no tiene la mayoría de los más de 22.000 jugadores profesionales.
“Estamos preocupados, tristes y desprotegidos por un sistema que insiste en escuchar solo un lado y que pretende, a pesar de las buenas intenciones, editar un dispositivo legal que como tantos otros nos trajo hasta aquí: el caos”, apuntó la misiva firmada por centenas de futbolistas.
El Proyecto de Ley que se discute en el Congreso contempla, entre otros puntos, una disminución del 50 % de la rescisión contractual en caso de ruptura de contrato, iniciativa que, según los jugadores, los afecta directamente por ser ellos la “punta más frágil del sistema” y los “actores que mueven la mayor pasión nacional”.
De ser aprobado en la Cámara de Diputados, el proyecto, que considera otras disposiciones para ayudar a los clubes, pasará al Senado y luego encaminado para la sanción del presidente, Jair Bolsonaro, quien ya advirtió que antes de cualquier decisión los futbolistas tienen que ser escuchados a través de sus sindicatos .
El mandatario llegó a admitir recientemente que sin actividad futbolística e ingresos publicitarios los equipos de la segunda división se “declararán en quiebra” y algunos de la elite, como el Palmeiras y el campeón Flamengo, con una nómina salarial de “tres millones” de reales (unos 600.000 dólares) serán “insostenibles”.
ACUERDOS INTERNOS
Algunos clubes han anunciado acuerdos con sus plantillas de jugadores y cuerpo técnico para la reducción de salarios en mayo y evitar despidos, como el campeón Flamengo y los paulistas Palmeiras y Corinthians, quienes bajaron en un 25 % la carga salarial.
En el caso del Flamengo, que oficializó el acuerdo el martes en Río de Janeiro, y del Palmeiras, la reducción se extiende hasta junio y los compromisos por derechos de televisión que corresponden a los jugadores y el cuerpo técnico serán pagados solo al final del año.
“Con este acuerdo no tuvimos ninguna dimisión empleados y esto fue muy bien elogiado. Algunos empleados tuvieron los contratos suspendidos y recibirán los beneficios del Gobierno, pero no saldrán de la institución”, comunicó a EFE el Palmeiras, que esta semana retornó a los entrenamientos, pero de manera virtual.
En videoconferencia, el entrenador Vanderlei Luxemburgo y el cuerpo técnico comenzaron a realizar las prácticas con los jugadores desde sus casas.
REINVENCIÓN EN LA CRISIS
El Fortaleza, también de la primera división, señaló a EFE que las pérdidas en abril deben alcanzar “los tres millones de reales (unos seis millones de dólares)” y por eso apuesta, “para driblar los efectos del coronavirus”, por el comercio electrónico para paliar la crisis.
En las primeras 48 horas del “e-commerce”, la campaña vendió artículos por valor de 200.000 reales (unos 40.000 dólares). La renegociación de contratos de empleados y la compra de pruebas clínicas para cuando se reanuden las actividades han sido otras de las acciones del Fortaleza.
El Bahía de la ciudad de Salvador, en tanto, indicó a EFE que, además de la reducción también de un 25 % de los salarios, el equipo intensificó su ya acostumbrada participación ciudadana con el apoyo a campañas.
La recaudación y entrega de canastas familiares, la circulación del autobús oficial por las calles de Salvador difundiendo mensajes para incentivar a las personas a quedarse en casa y una alianza con artistas, como el músico Gilberto Gil, han sido algunas de las acciones del Bahía.