El término “Fatiga de Zoom” se ha hecho más popular en las últimas semanas en las redes sociales y en los servicios de buscadores de Internet, y es que debido a la situación de encierro y distanciamiento social, el aumento en el uso del servicio de videollamadas para trabajar y conectarse socialmente, también ha generando cansancio y ansiedad en las personas.
Según un estudio publicado en la revista Harvard Bussines Review, la razón, en parte, es porque este tipo de interacción obliga a que las personas estén concentradas más intensamente en las conversaciones para absorber la información.
El estudio señala que en una reunión normal, las personas pueden confiar en sus habilidades cognitivas para ponerse al día si se distrae o responde preguntas rápidas y aclaratorias.
“Sin embargo, durante una videollamada, es imposible hacer esto a menos que use la función de chat privado o trate incómodamente de encontrar un momento para desactivar el silenciador de su micrófono y pedirle al colega que está hablando que repita lo que acaba de decir”, menciona el texto.
El término Fatiga de Zoom se acuñó debido a que ha sido la plataforma que más se ha estado utilizando desde el inicio de las medidas de confinamiento, pero los estudios indican que, sin importar el medio, todas pueden causar el mismo efecto en los usuarios.
En un estudio similar, publicado en la revista IFLScience, dice que la conversación se basa en una interacción entre dos o más personas, y para que eso fluya, los participantes en las video llamadas confían en que los que están en el chat capten las señales de la conversación para que no todos hablen a la vez.
Pero este tipo de comunicación es mucho más difícil cuando se chatea en línea porque las señales de conversación se distorsionan, y mientras más personas participan en el chat, más difícil se vuelve, asegura el texto.
“En general, el mayor esfuerzo requerido para monitorear y contribuir a los chats en línea basados en video exige más concentración y conlleva más frustración que en el mundo real, de ahí el mayor cansancio y menor disfrute asociado con su uso”, agrega el estudio.
Asimismo, las investigaciones recomiendan seguir cinco recomendaciones para evitar la fatiga o frustración causada por este tipo de videollamadas.
Evite las multitareas
Debido a que tiene que apagar y encender ciertas partes de su cerebro para diferentes tipos de trabajo, cambiar de tarea puede costarle hasta un 40 por ciento de su tiempo productivo.
Investigadores de Stanford descubrieron que las personas que realizan múltiples tareas no pueden recordar las cosas tan bien como las que están más enfocados.
La próxima vez que esté en una video conferencia, cierre todas las pestañas o programas que puedan distraerlo, guarde su teléfono y concéntrese.
Tome descansos
Tome pequeños descansos durante las video llamadas más largas minimizando la ventana o simplemente apartando la vista de su computadora por unos segundos de vez en cuando.
Sin embargo, esta no es una invitación para comenzar a hacer otra cosa, sino dejar que sus ojos descansen por un momento. Asimismo, recomiendan tomar un tiempo para levantarse y moverse un poco.
Reduzca los estímulos en pantalla
En una videoconferencia, no solo nos enfocamos en las caras de los demás, sino también en lo que los rodea.
Si tiene una llamada con cinco personas, puede sentir que está en cinco habitaciones diferentes a la vez. El cerebro tiene que procesar todas estas señales ambientales visuales al mismo tiempo.
Para combatir la fatiga mental, aliente a las personas a usar fondos simples o acuerden como grupo que todos los que no estén hablando apaguen su video.
Cambiar a llamadas telefónicas o correo electrónico
Si es posible, sugiera hacer llamadas telefónicas o intercambie mensajes escritos, sobre todo si es cuestiones de trabajo, eso, aseguran los expertos, podría incluso aliviar a los otras personas por el cambio.
Evite el uso predeterminado de video con extraños
Muchas personas ahora sienten una tendencia a realizar videollamadas para toda comunicación. Pero una videollamada es bastante íntima e incluso puede sentirse invasiva en algunas situaciones.
Por ejemplo, si se le pide que haga una llamada de asesoramiento profesional y no conoce a la persona con la que está hablando, quedarse con el teléfono suele ser una opción más segura.
Haga que los eventos sociales virtuales sean opcionales
Después de un largo día de videollamadas consecutivas, es normal sentirse agotado, es por eso que las sesiones sociales virtuales deberían ser opcionales, no obligadatorias.
Fuente: VOA