Nueva York, EFE.- La Fiscalía de Nueva York acusó este jueves de tres cargos relacionados con el narcotráfico al exjefe de la Policía Nacional de Honduras Juan Carlos Bonilla Valladares, por los que se podría enfrentar a un máximo de cadena perpetua y que además involucran al actual presidente hondureño, Juan Orlando Hernández.
El fiscal del distrito de Manhattan, Geoffrey Berman, explicó en un comunicado que Bonilla Valladares jugó un “papel clave en una conspiración internacional de tráfico de drogas” y cometió delitos en nombre del exdiputado hondureño “Tony” Hernández, condenado, “y de su hermano el presidente”, en referencia a Juan Orlando Hernández, entre ellos “el asesinato de un traficante rival”.
El acusado, según las autoridades, abusó de su cargo para violar la Ley y “supervisó el envío de múltiples toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, usó ametralladoras y otras armas para conseguirlo, y participó en violencia extrema, incluyendo el asesinato de un traficante rival, para impulsar la conspiración”.
La Fiscalía cita en la imputación del exjefe de la Policía hondureña las “pruebas presentadas” en el juicio celebrado el pasado octubre en Nueva York contra “Tony” Hernández y las “declaraciones hechas ante el tribunal”, en las que se alegó que varias organizaciones de narcotráfico tuvieron “apoyo” de políticos y agentes del orden en Honduras entre 2003 y 2020.
En ese sentido, señala que Bonilla Valladares, que fue jefe de la Policía entre 2012 y 2013, explotó su posición para facilitar el tráfico de cocaína y se valió de la violencia, “incluyendo el asesinato”, para “proteger una célula particular de traficantes de drogas con conexiones políticas”, entre ellos “Tony” Hernández y al menos uno de sus hermanos, el actual presidente de Honduras.
A cambio de sobornos pagados con la recaudación de la droga, Bonilla Valladares supuestamente dio instrucciones a policías armados para que dejasen entrar la mercancía de cocaína a Honduras sin someterla a inspección o incautarla, y en coordinación con “Tony” Hernández y otros, suministró información sobre las operaciones aéreas y marítimas de las autoridades a la trama de narcotráfico.
Según la Fiscalía neoyorquina, “Tony” Hernández dijo a un testigo en 2010 que él y el presidente habían ayudado a Bonilla Valladares a progresar en su carrera en la Policía Nacional de Honduras a cambio de protección para sus actividades de narcotráfico, y que además le confiaron “tareas especiales, incluyendo el asesinato”, ya que era “muy violento”.
En julio de 2011, el acusado participó presuntamente en el asesinato de un traficante rival que supuestamente había intentado impedir que el exdiputado y otros miembros de la trama transportaran cocaína por una región cercana a la frontera con Guatemala, y simulando investigar el crimen dijo a los medios que había sido un acto “muy bien planeado”.
Bonilla Valladares supuestamente especificó a los periodistas que los autores habían utilizado granadas y dos tipos de rifles, estos últimos siendo los mismos que habían sido entregados por el Gobierno hondureño a algunos agentes de la policía, explicaron los fiscales.
Está oficialmente acusado de conspirar para importar cocaína a EE.UU. y de poseer, usar e incluir ametralladoras en sus planes para promover esas actividades delictivas, en total tres cargos penados cada uno con penas máximas de cadena perpetua.