El príncipe Enrique de Inglaterra y su esposa Meghan Markle repartieron comida a enfermos crónicos, en su primera actividad pública desde que se mudaron a California al comienzo del confinamiento por la pandemia del coronavirus.
La pareja, que oficialmente abandonó sus funciones como miembros de la realeza, se ofreció como voluntaria del proyecto Angel Food, que entrega al día unas 600,000 comidas médicamente aprobadas a enfermos con condiciones que pueden ser mortales.
“Estuvieron aquí el domingo de pascua y luego nos sorprendieron el miércoles”, dijo la gerente de comunicaciones Anne-Marie Williams. “Repartieron a unos 20 de nuestros beneficiarios y quedaron felices”.
Un comunicado de la ONG dijo que “entregaron comidas para aliviar la carga de nuestros conductores sobrecargados de trabajo”, tras un aumento en la demanda desde que comenzó la orden de permanecer en casa por la COVID-19.
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