Por: Edgar Raffa
El Sermón de las Siete Palabras de este Viernes Santo, sin feligreses en la Catedral Primada de América por la crisis del coronavirus, la iglesia católica manifestó que el pueblo dominicano está herido y frustrado en su día a día por la falta de una verdadera democracia.
Esta parte estuvo a cargo del padre Pablo de la Cruz, que corresponde al momento en el que Jesús dijo en la cruz “tengo sed”, expresó que en ese momento de dolor el señor siente la necesidad de ser escuchado, para así, poder saciar su sed, pero no fueron escuchados, en referencia al pueblo.
“Lamentablemente esta necesidad de Cristo de saciar su sed continua estando vigente hoy, en nuestra sociedad, en cada dominicano que, herido y frustrado en su día a día ante la falta de una verdadera democracia que nos represente a todos con igualdad y transparencia, no dejan de clamar por una mejoría real que garantice sus necesidades más básicas: Alimentación, Educación, Justicia, Vivienda digna, empleo e igualdad… que sean emanados de un verdadero desarrollo solidario con la mirada puesta a corto, mediano y largo plazo en el bien común”, señaló.
Subrayó que ante la realidad que acontece sobre el país, de gran impacto social, ahora, motivada por el Covid-19; ya existía la gran incertidumbre provocada por el ambiente político, donde la lucha desmedida por el poder, la lisonjas de unos cuantos que no han entendido que la política se ejerce sirviendo, no para ser servidos y las dadivas de otros ante la carencia de muchos, reflejando porque ocupamos los últimos lugares en educación cada año.
Indicó que se preocupan por esas realidades y que cada año se repiten disfrazado de una nueva forma, para seguir manteniendo al pueblo anestesiado que agoniza, pero expresan que no todo está perdido, pues el pueblo ha comenzado a despertar.
“Pero no todo está perdido, pues, desde aquí vemos el despertar de una ciudadanía que aún tiene esperanza y cree conscientemente que por el camino que nos conducen quienes nos han dirigido en las últimas décadas, no es el camino correcto y, por lo tanto, tienen necesariamente que cambiar, y revisar el concepto de desarrollo que no coincide ciertamente con el que se limita a satisfacer los deseos materiales mediante el crecimiento de los bienes, sin presta la urgente atención al sufrimiento y la sed de tantos”, acotó
Por último, advirtió a quienes compran conciencias dejar de oprimir al pobre, comprar conciencias y de aprovecharse de la ignorancia del marginado.