Después de 159 años, el diario del Vaticano, “L’Osservatore Romano”, dejará de imprimirse debido al peligro que conlleva para sus trabajadores su impresión y difusión, aunque se mantendrá la edición online.
El director de este vespertino, Andrea Monda, que recoge las actividades y discursos del papa y otros artículos relativos a la Iglesia mundial, explicó que “por los efectos que surgen de la emergencia sanitaria debido al COVID-19 hace que sea imposible imprimir y distribuir la edición diaria, semanal y mensual”.
“Por lo tanto, nos vemos obligados a suspender temporalmente la impresión tipográfica desde el jueves 26 de marzo. Esto sucede independientemente de nuestra voluntad y nuestro trabajo real, que no se interrumpirá. De hecho, el periódico continuará siendo editado y se puede ver en formato digital en la página web”, explicó en una nota.
El diario distribuía 5.000 copias diarias y de estas se seguirán imprimiendo diez para repartirlas al papa Francisco y al emérito Benedicto XVI y para conservarlas en la hemeroteca vaticana.
Monda adelanta que los lectores que lo pidan podrán seguir recibiendo sus copias en formato digital.
“Confío en que la difícil situación, que surge de la actual crisis de salud, puede y debe transformarse en la ocasión para estrechar aún más la relación que une el “periódico del papa” con sus lectores, para conocerse con mayor profundidad”, escribe el director,
“L’Osservatore Romano” fue publicado por primera vez el 1 de julio de 1861 y en estos 159 años de historia ha contado los papados a través de sus páginas.
El periódico político religioso, como dice el subtítulo, ha tenido profundas transformaciones a lo largo del tiempo para responder mejor a las expectativas de los pontífices.
Publica todos los textos y documentos pontificios de la Santa Sede, pero también artículos de la vida internacional, debates culturales, los eventos de la Iglesia en todos los continentes, con especial atención al ecumenismo y al diálogo con las religiones.
La edición diaria se publicaba seis días a la semana (excepto los lunes) y estaba disponible en los principales quioscos de las capitales italianas, pero también hay ediciones semanales en inglés y español.