WASHINGTON — Según el manuscrito sin publicar de un libro que John Bolton, exasesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, escribió acerca de la época en que trabajó en la Casa Blanca, Trump asoció de manera directa la suspensión de casi 400 millones de dólares en ayuda de seguridad estadounidense a las investigaciones que quería que realizaran los funcionarios ucranianos.
El relato de primera mano sobre la relación entre la ayuda y las investigaciones, mismo que se basa en reuniones y conversaciones que Bolton tuvo con Trump, debilita un componente fundamental de la defensa en el juicio político del presidente: que la decisión de congelar la ayuda fue independiente de sus solicitudes a Ucrania para que anunciara la realización de investigaciones por motivos políticos al exvicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter.
El sábado, en sus alegatos iniciales en el juicio de Trump, los abogados del presidente aseveraron que él tenía inquietudes legítimas sobre la corrupción en Ucrania y sobre el hecho de que estuviera recibiendo suficiente ayuda de otros países para su guerra contra los separatistas respaldados por Rusia, lo que, según sus abogados, explicaba su renuencia a dispensar la ayuda. También dijeron que los demócratas no tienen ninguna prueba directa de la retribución de favores que ellos esgrimen como la parte medular de la impugnación del presidente.
Muchas personas expusieron el relato de Bolton. Hace algunas semanas, enviaron a la Casa Blanca, para una revisión de rutina, un borrador del manuscrito, el cual nos da una idea de la forma en que Bolton podría testificar en el juicio si lo llamaran a comparecer.
A continuación, cinco conclusiones.
Trump vinculó su disposición a liberar la ayuda para Ucrania con las investigaciones que quería.
Durante una conversación con Trump en agosto, cuando se acercaba la fecha límite para enviar a Ucrania 391 millones de dólares de la ayuda asignada por el Congreso, Bolton mencionó su preocupación sobre la demora en el envío del dinero.
Trump respondió que prefería no enviar la ayuda a Ucrania hasta que los funcionarios hubieran entregado todo el material que tenían acerca de la investigación de Rusia relacionada con Biden y con los partidarios de Hillary Clinton en Ucrania, y citó algunas teorías infundadas y otras aseveraciones que había presentado Rudy Giuliani, su abogado personal, acerca de los esfuerzos de Ucrania por perjudicar políticamente a Trump.
A menudo, el presidente ataca a muchos oponentes en sus peroratas, y con frecuencia mete en el mismo saco a los funcionarios de seguridad que investigaron los vínculos de su campaña con Rusia y a los demócratas, junto con otros presuntos enemigos, como al parecer lo hizo con Bolton.
Trump estaba en desacuerdo con sus altos funcionarios de seguridad nacional.
Según Bolton, el secretario de Estado Mike Pompeo y el secretario de Defensa Mark Esper se le unieron para presionar a Trump a fin de que dispensara la ayuda en las semanas previas a la reunión de agosto.
Trump rechazó sus propuestas en varias ocasiones, justificándose con diversas quejas que tenía sobre Ucrania, algunas relacionadas con esfuerzos de ciertos ucranianos que respaldaron a Hillary Clinton en las elecciones de 2016, y otras relacionadas con conspiraciones y acusaciones infundadas sobre, entre otras cosas, el acceso ilegal a un servidor en el Comité Nacional Demócrata.
Bolton afirma haber hablado con Barr y Pompeo acerca de Giuliani.
Bolton escribió que la primavera pasada Pompeo reconoció ante él en privado que carecían de fundamento las afirmaciones de Giuliani sobre Marie L. Yovanovitch, la entonces embajadora de Estados Unidos en Ucrania, las cuales incluían que ella estaba hablando mal de Trump. Pompeo le insinuó a Bolton que tal vez Giuliani quería que Yovanovitch se fuera porque quizás ella había estado perjudicando a sus clientes privados en su labor de combate a la corrupción. Sin embargo, aun así, Pompeo obedeció la orden de Trump de retirar a Yovanovitch en mayo pasado.
El viernes y el sábado, Pompeo se fue contra una presentadora de la radio pública nacional luego de que en una entrevista le preguntó sobre la destitución de Yovanovitch.
Bolton también escribió que le preocupaba Giuliani. Dijo que el año pasado les advirtió a los abogados de la Casa Blanca que tal vez Giuliani había estado aprovechando su trabajo como representante del presidente para ayudar a sus clientes privados.
Entre otros nombres a los que Bolton hizo referencia en el manuscrito se encuentra el del fiscal William Barr. Bolton escribió que le expresó sus inquietudes acerca de la influencia de Giuliani sobre el presidente después de la llamada de Trump del 25 de julio con el presidente de Ucrania. Esa llamada fue una pieza fundamental de la denuncia del informante que ocasionó la investigación para el juicio político. A través de un vocero, Barr negó el domingo el relato de Bolton.
Bolton está dispuesto a testificar. La Casa Blanca no quiere que lo haga.
Según sus colaboradores, Bolton, quien este mes declaró que, si lo citaban, comparecería en el juicio de Trump, está preparado para hacer lo propio ante el Senado. Bolton cree que tiene información relevante que presentar antes de que los senadores voten respecto a la destitución de Trump. Sus colaboradores dijeron que también le preocupa que, si su recuento de los tratos de Trump con Ucrania se da a conocer después del juicio, lo acusen de retener material que podría ser incriminatorio con el propósito de aumentar las ventas de su libro.
Sin embargo, ni Trump ni la Casa Blanca quieren que Bolton testifique.
La Casa Blanca ya les había ordenado a Bolton y a otros funcionarios fundamentales que no cooperaran con la investigación del juicio político. El manuscrito ha aumentado el interés de los asesores en solicitar una orden de restricción para impedir que Bolton testifique, de acuerdo con dos personas informadas al respecto. No se sabía si podrían lograrlo.
El manuscrito introdujo un giro importante al juicio político.
Las revelaciones del borrador del libro de Bolton podrían complicar el juicio político. Unos cuantos senadores republicanos moderados que se han mostrado abiertos a llamar a testigos no parecieron convencidos por los argumentos que esgrimieron la semana pasada los líderes demócratas de la Cámara de Representantes en el juicio que, según informó The Times el viernes, ya en esta semana parecía decidido a terminar en una votación para exonerar a Trump.
Las revelaciones de Bolton podrían exhibir el apoyo de ese grupo y de unos cuantos senadores más que han insinuado que quizás estén dispuestos a escucharlo. El senador republicano de Tennessee Lamar Alexander dijo el viernes que planeaba esperar hasta después de que los abogados de Trump hicieran su presentación y después de que los senadores hicieran preguntas a los abogados para decidir si respaldarían las pruebas y el testimonio nuevos.
En el borrador del libro, se mencionó el nombre de al menos un senador que votará en el juicio político: el senador republicano de Wisconsin, Ron Johnson, dijo que en mayo pasado estaba en una reunión con Trump en la cual el presidente afirmó que Ucrania estaba tratando de perjudicarlo políticamente.
Si el Senado vota a favor de escuchar a Bolton, tal vez el juicio se prolongue hasta bien entrado el mes de febrero.
John Bolton, en ese entonces asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, durante la cumbre del G7 en Biarritz, Francia, el 26 de agosto de 2019. (Erin Schaff/The New York Times)
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