La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado la puesta en marcha de una nueva tecnología que podría ser clave para poder vivir en la Luna. Se trata de una máquina que extrae oxígeno a partir del polvo lunar. El prototipo se encuentra en el centro técnico de Noordwijk, en los Países Bajos.
La encargada del proyecto es una científica de la Universidad de Glasgow, Beth Lomax, que está basando su trabajo de doctorado en este método. “Ser capaz de adquirir oxígeno de los recursos encontrados en la Luna obviamente sería de gran utilidad para los futuros colonos lunares, tanto para respirar como para la producción local de combustible para cohetes”, detalla sobre las implicaciones que tendría que este nuevo sistema se ponga en marcha.
El calendario que sigue esta investigación pretende diseñar una “planta piloto” que logre estar operativa de manera sostenible en la Luna para mitad de esta década, siendo 2024 la fecha fijada para esta iniciativa.
Las muestras utilizadas hasta ahora y que han vuelto de la superficie lunar han confirmado que el regolito (o polvo lunar) está formado por un 40-45% de oxígeno, siendo este el elemento más abundante que lo forma. Sin embargo, este oxígeno tiene grandes dosis de óxidos en forma de minerales o vidrio, por lo que no está disponible para su uso inmediato.
La extracción de oxígeno se lleva a cabo utilizando un método llamado electrólisis de sales fundidas, que consiste en colocar el regolito en una canasta de metal con sal de cloruro de calcio fundido para servir como electrolito, calentado a 950° C. A esta temperatura, el regolito permanece sólido. Pero pasar una corriente a través de él hace que el oxígeno se extraiga del regolito y migre a través de la sal para recolectarse en un ánodo. Como beneficio adicional, este proceso también convierte el regolito en aleaciones metálicas utilizables.
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