La sal puede considerarse como una droga por sus efectos perjudiciales a nuestra salud, y que crea una adicción similar a la cocaína, alerta la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Se reconoce el círculo vicioso de una adicción, recompensa, el placer, la consolidación de los hábitos, el aprendizaje y la memoria.
La adicción a la sal activa el sistema, recompensa cerebral induciendo el deseo y búsqueda de alimentos salados.
La ingesta de sal (como con la ingesta de grasa, azúcar o cafeína) induce la activación de hipotálamo lateral (LHT) que libera dopamina y glutamato, a su vez estimula al cuerpo estriado ventral (núcleo accumbens, NA) y otras estructuras del sistema límbico provistas de dopamina, opioides endógenos y receptores cannabinoides.
En un estudio elaborado en ratones por las universidades de Duke y Melbourne demostró que la necesidad de consumir sal era la misma que la relacionada con la adicción a la cocaína o a los opiáceos como la heroína.
El exceso de sodio –componente de la sal- se ha relacionado con afectaciones a la salud, también es necesario para el cuerpo humano, ayuda mantener el equilibrio de líquidos y la presión arterial, la contracción muscular, la transmisión de las células nerviosas y la mayoría de las funciones celulares.
No se trata de eliminar por completo el consumo de sodio, pero sí de controlar la ingesta. Considerar que el sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos, como la leche, la carne y los crustáceos.
La sal está presente en grandes cantidades en los alimentos procesados, embutidos, quesos, tentempiés, fideos instantáneos, etc.
No todos los alimentos con sal saben salados
La sal y el glutamato monosódico (MSG), es usado como potenciadores del sabor, y conservantes, incluso en alimentos no salados como el pan y los refrescos.
Ciertos alimentos ricos en sal no parecen tan salados porque a veces se les añade otros ingredientes, como azúcares, para disimular el sabor. Es importante leer las etiquetas para conocer el contenido en sodio.
Cuánta sal consumir
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los adultos consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cuchara de té) de sal por día. Para los niños de 2 a 15 años se debe reducir la cantidad.
Toda la sal que se consume debe ser yodada, es decir, enriquecida con yodo, lo cual es esencial para un desarrollo sano del cerebro del feto y del niño pequeño así como para optimizar las funciones mentales en general.
Si bien la sal causa grandes afectaciones a la salud, no es la única, el azúcar –que también es adictivo- y las grasas no saludables, tienen el potencial de causar obesidad, hipertensión y otros trastornos cardiovasculares.
Fuente: La Opinión