Por David Leonhardt
En la época de Watergate, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes analizó cinco cargos (también llamados artículos) que podrían ameritar la destitución de Richard Nixon y decidió no aprobar dos de ellos. Durante el proceso de juicio político de Bill Clinton, la Cámara sometió a votación cuatro cargos, de los cuales rechazó dos.
Esos sucesos nos recuerdan que el proceso de impugnación no es siempre igual. Se trata de darle al Congreso y a los electores la oportunidad de escuchar las pruebas recabadas en contra del presidente para poder decidir si alguna de ellas demuestra que cometió un delito que amerite la destitución.
En lo personal, me he inclinado a favor de preparar un caso centrado y fácil de comprender en contra del presidente Donald Trump, en torno a Ucrania. Quizá todavía sea lo más conveniente. Sin embargo, la Cámara de Representantes no debería optar por esta estrategia sin dar la debida consideración a la posibilidad de exponer más ampliamente los delitos cometidos por Trump en contra de la Constitución. Es probable que un proceso más prolongado, con un análisis más detallado de las fechorías de Trump, se refleje de manera negativa en sus estadísticas de aprobación.
Con esto en mente, la semana pasada consulté a algunos expertos en cuestiones legales. Les pregunté cuántos cargos podrían presentarse como parte del juicio político si la Cámara de Representantes hiciera a un lado las tácticas políticas e intentara destituir a Trump solo con base en los hechos.
Me parece que la respuesta a esa pregunta es ocho; es posible identificar ocho áreas temáticas, la mayoría con más de una violación.
Al elaborar esta lista, adopté una postura conservadora. Descarté áreas no muy claras del reporte de Mueller, como las conexiones de la campaña de Trump con agentes rusos. También dejé fuera las áreas de política pública, incluso la separación forzosa de menores de sus padres, y el insoportable comportamiento personal de Trump, como su racismo, que no contraviene de ninguna manera las disposiciones de la Constitución.
Aun así, la lista es larga, lo cual hace patente cuán inapto es Trump para ocupar la presidencia. Ha actuado en contra de los ideales básicos del gobierno estadounidense y dañado los intereses nacionales, tanto al interior como en el exterior. A continuación presento la lista:
1. Obstrucción de la justicia
Los cargos en contra de Nixon y Clinton incluyeron la frase “evitar, obstruir e impedir la administración de justicia”, y el proceso de destitución de Trump debería comenzar con su patrón de obstrucción de las investigaciones.
Trump admitió que despidió al director del FBI para ejercer influencia en la investigación de su propia campaña. Además, ha acosado a funcionarios del Departamento de Justicia expertos en Rusia, como Andrew McCabe y Bruce Ohr. Trump también dio instrucciones al área jurídica de la Casa Blanca para que mintiera acerca de sus conversaciones sobre la posibilidad de despedir a Robert Mueller. Más recientemente, la Casa Blanca clasificó de manera indebida el material relacionado con la llamada telefónica entre Trump y el presidente de Ucrania con el propósito de ocultar pruebas sobre la misma.
2. Desacato del Congreso
Otro cargo en contra de Nixon fue que “se abstuvo sin causa legal” de cooperar con una investigación del Congreso. Trump fue mucho más allá que Nixon, pues se negó a participar en el proceso de impugnación conforme a las disposiciones de la Constitución. En consecuencia, el país todavía no conoce la historia completa del escándalo de Ucrania.
3. Abuso de poder
Lo más seguro es que la Cámara de Representantes adopte alguna versión de este cargo y decida acusar a Trump de convertir la política exterior de Estados Unidos en una sórdida división de su campaña dedicada a investigar a la oposición.
Lo más inquietante es que, si no fuera por el valiente informante que sonó la alerta, quizá Trump se habría salido con la suya. Habría ejercido presión sobre el gobierno de Ucrania para que anunciara una investigación de la familia Biden, y los medios noticiosos habríamos reaccionado con los encabezados que Trump quería ver.
4. Obstruir la impartición de justicia
Esa frase aparece en el segundo cargo del proceso de juicio político en contra de Nixon, donde se detalla cómo utilizó agencias gubernamentales como el IRS y el FBI para perseguir a sus oponentes. Es una versión del abuso de poder, pero se distingue del punto anterior en que involucra el uso de las facultades directas del gobierno federal para investigar.
Trump ha solicitado en repetidas ocasiones investigaciones sobre sus opositores políticos, tanto en público como en privado con sus asesores. Por ejemplo, como se señaló en el reporte de Mueller, presionó a Jeff Sessions, quien en ese entonces era el fiscal general, para que investigara a Hillary Clinton. “Serás un héroe”, le dijo Trump. Este comportamiento contraviene los derechos constitucionales de ciudadanos estadounidenses y socava la credibilidad del sistema judicial.
5. Aceptación de emolumentos
La Constitución prohíbe que el presidente obtenga beneficios de su cargo mediante la aceptación de “emolumentos”. No obstante, Trump todavía es propietario de sus hoteles y permite que tanto políticos y cabilderos como extranjeros lo enriquezcan e intenten ganarse su favor hospedándose en ellos. El domingo, el mismo fiscal general William Barr pagó una fiesta para doscientas personas en el hotel que Trump tiene en el centro de Washington.
La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, no ha hecho gran cosa para denunciar este tipo de corrupción. Ni siquiera realizó unas buenas audiencias de supervisión, una falla que “es sencillamente impresionante”, en palabras de Bob Bauer, profesor de Derecho en la Universidad de Nueva York y antiguo abogado de la Casa Blanca.
6. Corrupción de elecciones
Muy pocas contravenciones relativas al financiamiento de campaña pueden ser objeto de juicio político. Sin embargo, no divulgar pagos de sobornos por 280.000 dólares durante las últimas semanas de una campaña no es una violación normal. Las elecciones de 2016 fueron tan cerradas que se decidieron por menos de 80.000 votos de tres estados pendulares, así que el silencio comprado con esos pagos bien podría haber cambiado el resultado.
7. Abuso de indultos
El presidente tiene manga ancha para otorgar indultos. Con todo, Trump ha hecho algo diferente: ha prometido a algunas personas darles indultos en el futuro para alentarlas a violar la ley (o impedir investigaciones).
Y no lo hizo solo durante la investigación de Rusia. También se informo que ordenó a funcionarios federales ignorar la ley e incautar terrenos privados para su muro fronterizo; para calmar sus inquietudes, les prometió indultos.
8. Conducta extremadamente incompatible con la presidencia
Se trata del punto más amplio de la lista, y no me extrañaría que muchos estén más abiertos a los puntos más limitados. Sin embargo, la frase “extremadamente incompatible” se utilizó en un reporte elaborado por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes en 1974 para justificar el juicio político. También captura la desestabilización que Trump ha causado en la presidencia.
Miente sin cesar, lo que acaba con la credibilidad de su cargo. Intenta socavar cualquier información independiente que no le agrada, lo que debilita nuestro sistema de pesos y contrapesos. En cierta ocasión, incluso se atrevió a decir que los agentes federales encargados de hacer cumplir la ley, al igual que los fiscales, con frecuencia fabricaban pruebas. Esta afirmación daña la credibilidad de todas las investigaciones de carácter penal.
Quizá se hayan olvidado de esa violación particular de su juramento de protesta, ya que Trump cae en ella muy a menudo. Otra razón más para hacer todo lo posible por obligarlo a rendir cuentas.
c.2019 The New York Times Company