Miami, EE.UU.- La Alcaldía de Pensacola (Florida), ciudad donde el viernes pasado murieron tres personas en un tiroteo perpetrado por un saudí en una base aeronaval, es víctima desde el sábado de un ataque cibernético y sus autoridades desconocen si ambos hechos están vinculados, informaron este lunes medios locales.
Grover Robinson, alcalde de Pensacola, señaló en una conferencia de prensa que casi todos los sistemas de comunicación por computadora en la Alcaldía están caídos desde el día siguiente del ataque llevado a cabo por el militar saudí Mohammed Saeed Alshamrani, de 21 años, que murió por disparos de la Policía.
El alcalde no precisó si los piratas informáticos solicitaron un rescate, pero señaló que casi todos los sistemas de comunicación, incluidas las líneas telefónicas y el correo electrónico del Ayuntamiento de la ciudad están caídos.
“Nuestra gente de computadoras trabajó durante el fin de semana para ver qué estaba pasando (…). Hemos estado buscando reevaluar todo nuestro sistema”, manifestó el mandatario local.
Robinson señaló que el ataque cibernético, que es investigado por las autoridades federales, ha afectado sistemas de pago en línea de la compañía eléctrica Pensacola Energy y de saneamiento de la ciudad, mientras que los departamentos de Policía y bomberos funcionan normalmente.
El alcalde precisó que desconoce si el sabotaje tiene alguna relación con el tiroteo llevado a cabo por el saudí, miembro de la Fuerza Aérea de su país, que estaba formándose como oficial en la Estación Aeronaval de Pensacola.
Las víctimas del tiroteo fueron identificadas como los también estudiantes Joshua Kaleb Watson, de 23 años, Mohammed Sameh Haitham, de 19, y Cameron Scott Walters, de 21.
Según el Pensacola Newas Journal, el ataque cibernético comenzó hacia el mediodía del sábado pasado y ha continuado desde entonces.
El alcalde dijo que analizan el ataque de los piratas informáticos desde los puntos de vista “legal y forense para descubrir quién es”.
Entre tanto, sobre el tiroteo, el FBI ha señalado que está investigándolo con la “presunción de que es un acto terrorista”, pero aún no ha llegado a una conclusión.
El FBI recalcó que tiene ochenta agentes especiales dedicados exclusivamente al caso, además de otros recursos, solo va a dar información “precisa” que corresponda a “hechos”, no a sospechas, para evitar la “desinformación”.