El presidente dimitido de Bolivia, Evo Morales, ha escrito en su cuenta de Twitter que se conformará una Comisión de la Verdad con personalidades internacionales “para verificar si evidentemente hubo fraude”.
“Hemos tenido acceso a dos informes técnicos de instituciones serias y renombradas que demuestran que hemos ganado en primera vuelta”, afirmó.
Uno de los dos estudios citados por Morales corresponde al Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, que publicó un documento titulado ‘¿Qué sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de 2019?’ donde desmiente el informe preliminar publicado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y afirma que este organismo no pudo demostrar “irregularidades sistemáticas o extendidas en las elecciones del 20 de octubre”.
En el escrito se señala que la OEA, que recomendó a Bolivia utilizar la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) o conteo rápido, cuyos resultados no son vinculantes, precisamente basó 90 % de su auditoría en este sistema.
El otro estudio fue realizado por Walter Mebane, investigador de ciencias políticas de la Universidad de Michigan (EE.UU), quien es considera como uno de los principales expertos en fraude electoral del mundo.
En el escrito titulado “Evidencia en contra de que los votos fraudulentos hayan sido decisivos en la elección de Bolivia en 2019” se concluyó que solo habrían ocurrido supuesta irregularidades estadísticas en 274 de las 34.551 mesas de votación, lo que no se diferencia mucho de patrones de votos en las elecciones de Honduras, Turquía, Rusia, Austria y Wisconsin (EE.UU).
“Incluso removiendo los votos fraudulentos, el MAS tiene una ventaja superior al diez por ciento”, recoge el informe.
¿Qué dijo la OEA?
La Misión de Observación Electoral de la OEA, que estuvo como acompañante electoral en los comicios del pasado 20 de octubre en Bolivia, tres días después de las votaciones presentó ante el organismo regional un informe preliminar donde consideraba que “continuaba siendo la mejor opción convocar a una segunda vuelta” ante las presuntas irregularidades halladas en el proceso.
En opinión del director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral, Gerardo Icaza, el “clima de polarización”, la “desconfianza en el árbitro electoral”, la supuesta “falta de transparencia”, “la inequidad en la contienda” y el estrecho margen de diferencia entre los candidatos, ha generado un “clima de alta tensión política y social”, por lo que en ese momento llamaba a Morales a medirse en un balotaje.