Se denomina Nanoflowcell Quantino y es un coche eléctrico que destaca por la tecnología que lo impulsa, basada en las baterías de flujo, que se distingue sobre su competencia porque utiliza un sistema de almacenaje de agua salada, concretamente en dos depósitos de 350 litros. Este agua salada circula por una membrana específica que tiene como misión generar la energía eléctrica necesaria para mover al superdeportivo eléctrico.
Por el momento, el Nanoflowcell Quantino está en fase de pruebas pero ya ha recorrido más de 350.000 kilómetros con agua salada. Sus creadores han manifestado que “ya ha demostrado su viabilidad y fiabilidad. Además, este modelo eléctrico pretende convertirse en una solución real al problema de la autonomía.
Este automóvil de carácter deportivo está desarrollado por Nanoflowcell, una compañía con sede en Liechtenstein. Lanzó la primera versión de su Quantino allá por 2016. Equipa baterías de bi-ION en lugar de iones de litio para impulsar a sus cuatro motores eléctricos que rinden, en total, 136 CV. A diferencia de otros modelos de coches eléctricos, que funcionan mediante alto voltaje, el Quantino lo hace con un sistema de 48 voltios, que reduce los requisitos en materia de seguridad.
Nanoflowcell Quantino, el coche eléctrico impulsado por agua salada.
Agua salada para conseguir energía eléctrica
El agua salada tiene dos grandes ventajas a la hora de obtener energía eléctrica. Por un lado se encuentra la autonomía y es que el Nanoflowcell Quantino puede recorrer más de 1.000 kilómetros con una sola carga y por otro, la rapidez de las cargas. El fabricante asegura que con unos minutos es suficiente. En cuanto al consumo se refiere, el coche eléctrico impulsado por agua salada ofrece una media de entre 8 y 10 kWh/100 km.
Es importante destacar que el Nanoflowcell Quantino hizo su debut en 2016, hace ya tres años, pero el fabricante no ha cesado en su empeño y ya ha rodado más de 350.000 kilómetros con el objetivo de demostrar que se trata de un proyecto viable. De estos 350.000 kilómetros, 200.000 se han realizado en carretera y 150.000 en un banco de pruebas.
Lo que llama poderosamente la atención es que todos estos kilómetros, las únicas piezas que se han tenido que reemplazar han sido los neumáticos y los frenos. Fuentes de la marca han apuntado que “a pesar de las más de 10.000 horas de funcionamiento, ni la membrana ni las dos bombas eléctricas mostraron signos de desgaste en absoluto”.
Tras tres años de pruebas, sus creadores han manifestado que el vehículo eléctrico impulsado por agua salada podría estar listo para dar el salto a producción. Este turismo eléctrico recarga sus baterías con un electrolito líquido muy similar al agua del mar. Algunas fuentes apuntan a que podría llegar a solucionar el problema del desarrollo a gran escala del coche eléctrico.
Este combustible alternativo no es inflamable y tampoco provoca emisiones. Según los cálculos de Nanoflowcell, la fabricación industrial, a gran escala, del electrolito líquido necesario para la recarga, tan solo costaría “unos centavos de dólar”. Cabe destacar que durante estos tres años de puesta a punto, Nanoflowcell únicamente ha ido actualizando el software con el objetivo de mejorar la eficiencia del vehículo. Según la propia compañía, el coste de todo el sistema apenas se aproxima a los 600 euros, mientras que su vida útil se sitúa en torno a las 50.000 horas. Aunque son muchas las dudas que han surgido alrededor de esta tecnología, el fabricante asegura que podría comenzar su comercialización. Hay que señalar que durante el mes de mayo de 2018, Nanoflowcell ya recibió un pedido de 25.000 unidades por parte de un grupo internacional de inversores. En esta solicitud se incluía la construcción de una factoría de bi-ION y se valoró al Quantino en torno a los 65.000 euros.
Según Car and Driver, el auto utiliza electrolitos, almacenados en dos depósitos de carga diferentes que circulan por una membrana encargada de generar la energía eléctrica. La compañía explica que QUANTINO ha recorrido más de 350 mil kilómetros sin presentar ningún problema de propulsión. La revista señala que las baterías prometen diez mil horas de funcionamiento y generan 108 caballos de fuerza, con una velocidad máxima de hasta 200 km/h.