La autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, afirmó el jueves que el expresidente Evo Morales no está habilitado para participar en las nuevas elecciones que convocará su gobierno.
En una rueda de prensa, Áñez dijo que “toda la convulsión social” que atraviesa Bolivia es consecuencia de la insistencia de Morales de postularse a un cuarto mandato y aconsejó al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del exmandatario ahora asilado en México, que busque otro candidato.
“El MAS tiene todo el derecho para participar en elecciones, que busquen candidatos. Evo y (el exvicepresidente Álvaro) García Linera no pueden participar, no están habilitados”, dijo Áñez.
Morales quedó habilitado para participar en las elecciones del 20 de octubre, calificadas de fraudulentas por la oposición, por un fallo constitucional después de perder un referendo que le dijo “no” a su postulación no autorizada por la constitución. Añez declaró la víspera que hará gestiones para anular ese fallo, que sólo puede ser revocado por el mismo tribunal que lo dictó.
Más temprano acusó a Morales de avivar las protestas desde su exilio y anticipó que presentará una queja a la administración de Andrés Manuel López Obrador.
“México debe hacer respetar el protocolo de refugiado con Evo Morales”, dijo Áñez y acotó que el exmandatario se ha dado a la tarea de “hacer descalificaciones”.
Morales se refugió el México tras renunciar acorralado por las protestas sociales y la presión de las fuerzas armadas tras las elecciones. En una rueda de prensa en México la víspera, llamó a un acuerdo nacional para pacificar a Bolivia con el apoyo de países “amigos” y dijo que está dispuesto a volver si el pueblo se lo pide.
Su partida no aplacó las protestas que primero fueron en contra del supuesto fraude electoral y que ahora son protagonizadas por partidarios de Morales que no reconocen a Áñez.
En Nueva York, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, anunció que enviará a Jean Arnault, su enviado especial, para establecer contacto “con todos los actores” políticos en procura de pacificar Bolivia.
Guterres se manifestó “profundamente preocupado” por los acontecimientos en Bolivia y reiteró su llamado a los bolivianos “para que ejerzan la máxima moderación”, según su portavoz.
El nuevo ministro de Gobierno, Arturo Murillo, acusó a Juan Ramón Quintana, brazo derecho de Morales, de estar activando las protestas. “Vamos a ir a la cacería de Quintana. ¿Por qué es cacería? Porque es un animal que está matando gente”, dijo en referencia al polémico exministro de la presidencia y exembajador en Cuba.
Desde que estallaron las protestas el 20 de octubre han muerto 10 personas, según la Fiscalía.
Morales y su partido mantienen intacto su poder en alcaldías, sindicatos y organizaciones indígenas que han controlado en los 13 años y nueve meses que estuvo en el poder. Además, su mayoría legislativa ha comenzado a complicar a la nueva administración.
Áñez, que se autoproclamó presidenta interina, parece tener el respaldo de la policía, el ejército, la Iglesia y la oposición cívica y política.
La víspera se desataron violentos enfrentamientos entre leales a Morales y la policía de La Paz que se extendieron hasta bien entrada la noche. Los seguidores del exmandatario también salieron a la calle en la vecina ciudad de El Alto, bastión de Morales, con la bandera indígena multicolor Wiphala y cantando “¡Ahora sí, guerra civil!”.
Creditos: AP