“Los restos de Al Bagdadi fueron transportados a una instalación segura para confirmar su identidad con pruebas forenses de ADN y la eliminación de sus restos se realizó y se completó y se manejó de manera apropiada”, explicó el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EE.UU, Mark Milley, en una rueda de prensa en el Pentágono.
Milley no detalló el proceso que siguieron para eliminar los restos mortales, pero sí que precisó que existen videos y fotos del momento del asalto al recinto cercano a la frontera de Siria con Turquía en el que se encontraba Al Bagdadi, varios de sus hijos y de sus hombres.
“Durante la misión, las fuerzas estadounidenses se infiltraron a través de helicópteros y, una vez que aseguramos el objetivo, las fuerzas de asalto entraron y las amenazas se eliminaron rápidamente”, argumentó el militar.
Posteriormente, las fuerzas estadounidenses “descubrieron a Al Bagdadi escondiéndose en un túnel”, lo persiguieron y el terrorista detonó un chaleco suicida que llevaba adosado a su cuerpo.
Según dos funcionarios del Departamento de Defensa citados hoy por la cadena de la televisión CCN, los restos del fundador de EI fueron lanzados al mar, siguiendo el mismo protocolo que se usó tras la muerte del líder de Al Qaeda , Osama Bin Laden, en 2011, aunque el Pentágono no lo confirmó.
Milley hizo su relato al lado del secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, que calificó de “valiente” la decisión del presidente, Donald Trump, de dar luz verde a una operación tan complicada en terreno sirio.
El jefe del Pentágono dijo que la muerte de Al Bagdadi supone un “golpe devastador” para el EI, aunque señaló que la situación de seguridad en Siria “continua siendo compleja”.
Con el fallecimiento de Al Bagdadi se pone fin a años de persecución de uno de los hombres más buscados por EE.UU. después de que proclamara en junio de 2014 un califato en amplias zonas de Siria e Irak.
El grupo fue perdiendo poco a poco territorio en ambos países y en marzo de este año perdió su último bastión, Al Baguz, en el este de Siria.
El anuncio de la muerte del terrorista se produce justo después de que EE.UU. redujera su implicación en la zona y Trump anunciara la polémica retirada del millar de efectivos estadounidenses desplegados en Siria.