En su voto disidente, el titular de la Junta Central Electoral (JCE) Roberto Saladín favoreció que fueran reconocidos los partidos País Posible y Generación de Servidores al entender que cumplieron los requisitos legales y constitucionales para su oficialización.
“La Junta Central Electoral como órgano rector del sistema de partidos debe garantizar el surgimiento de nuevos liderazgos que propendan a aumentar la calidad del debate político y desarrollo de las ideas”, expresó Saladín.
Ambas organizaciones fueron rechazadas por la mayoría del Pleno que acogió un informe de la Comisión de Juntas Electorales y Partidos Políticos.
En el caso de País Posible consideró que aunque no se verificó el quórum de los afiliados, debió ponderarse el caso porque demostró contar con una estructura a nivel nacional.
Para verificar afiliados se tomó una muestra de 1,191 personas de las cuales fueron contactados 541, equivalente a menos de la mitad 45.5%, insuficiente para alcanzar el 50% mínimo para estos fines. “Por lo que antes de iniciar el proceso de verificación, se había contactado a un número insuficiente para alcanzar el 50% mínimo exigido para estos fines, ya que el 54.5% que no fue contactado se le calcula negativamente el partido que está siendo objeto de la inspección”.
Similar argumento sostuvo al referirse a Generación de Servidores, entidad a la que se contactó a 631 personas de la muestra de 1,191 de los afiliados para un 47% por los el 52.9% “que no fue contactado se le calcula negativamente al partido objeto de la inspección”.
Derechos. Saladín señala que la Constitución establece el derecho a la igualdad, la libertad de asociación y garantiza derechos fundamentales, lo cuales están plasmados en las leyes Electoral y de Partidos.
Indica que la soberanía popular queda expresada a través del sufragio popular, por lo que la organización y el fortalecimiento del proceso electoral y las instituciones que intervienen en el mismo, es pieza fundamental para garantizar el sistema democrático y la voluntad ciudadana.
Agrega que los partidos son fundamentales en el sistema democrático y que a la vida democrática del país le resulta impostergable su fortalecimiento.
Saladín plantea que para mejorar la calidad de la democracia y el ejercicio político se requiere del fortalecimiento de los partidos, transparentando su accionar, haciéndolos más incluyentes, logrando una mejor y amplia participación de la ciudadanía y una práctica política consecuente con los principios, valores y la ética. Para esto, dice, es necesario el fortalecimiento de los liderazgos, la formación de talentos y de cuadros políticos y de líderes con reglas y principios que representen diversas opciones ideológicas.