La Conmebol anunció este martes la suspensión de la Copa América Futsal, que se debía de celebrar en la ciudad chilena de Los Ángeles entre el 23 y el 30 de octubre, debido al estado de emergencia en esa localidad, declarado por el Gobierno antes los disturbios sociales en el país, que han dejado 15 muertos.
La Conmebol argumentó además que la decisión obedece a que “las fuerzas de seguridad se encuentran abocadas a restaurar el orden y normalidad en Chile”.
La máxima autoridad del fútbol sudamericano añadió en un comunicado que la resolución se adoptó tras un análisis de la situación entre el Gobierno de Chile, la Federación de Fútbol de Chile (FFCh) y las diferentes autoridades locales y regionales.
El comunicado indica que la reprogramación del torneo será divulgada con en brevedad
La decimotercera edición del torneo iba a tener 27 partidos y se se iba a jugar en la sureña región del Bío Bío, unos 500 kilómetros al sur de Santiago.
Chile y Uruguay iban a inaugurar el torneo, seguido del choque entre Paraguay y Brasil, campeón continental y número uno del mundo.
Brasil y Paraguay fueron emparejados en Grupo B con Colombia (duodécima en la clasificación mundial), Venezuela (32) y Perú (37).
El Grupo A quedó encabezado por Chile (51) como país anfitrión, junto a Argentina (4), subcampeona de la pasada Copa América, Ecuador (50) y Bolivia (62).
El anuncio se produce dos días después de que la Conmebol ratificara su intención de mantener la disputa de la final de la Copa Libertadores 2019 en Santiago de Chile.
El máximo organismo del fútbol continental informó el domingo en un comunicado de que mantiene “la fecha, lugar y hora acordados inicialmente” para la celebración de la primera final a partido único en la historia de la competición, que se desarrollará en el Estadio Nacional de la capital chilena, el próximo 23 de noviembre.
Los disturbios de Chile se han saldado hasta la fecha con quince muertos, 11 de ellos en la Región Metropolitana, que comprende a Santiago.
El aumento del precio del Metro de Santiago desató una oleada de protestas que con el paso de los días despertó el hartazgo de parte de la ciudadanía por las altas tarifas que pagan por otros servicios, el nulo reparto del sistema de pensiones o los deficientes servicios de salud pública.
Eso provocó un estallido social sin precedentes en la historia reciente del país y en respuesta el Gobierno de Sebastián Piñera decretó el estado de emergencia, totalmente o en solo algunas ciudades, en casi todas las regiones del país, cediendo la seguridad al Ejército y decretando toques de queda.