El secretario general Antonio Guterres advirtió ayer que las Naciones Unidas enfrentan su “peor crisis de efectivo” en casi una década debido a que 64 de sus 193 miembros no han pagado sus cuotas anuales, entre ellos Estados Unidos, su mayor contribuyente.
El portavoz de la ONU Stephane Dujarric dijo que el secretario general escribió a todos los miembros para informarles que “la organización corre el riesgo de agotar sus reservas de liquidez a fin de mes e incumplir con los pagos al personal y proveedores”.
Para fines de septiembre, comentó Dujarric, los Estados miembro habían pagado sólo el 70% de la cuota total del presupuesto regular, en comparación con el 78% que lo habían hecho en el mismo periodo del año pasado.
Según la ONU, hasta el martes, 129 países habían pagado 1.990 millones de dólares en cuotas para el presupuesto operativo de la ONU de 2019. Señalo que se deben 1.386 millones para lo que resta del año.
Además de Estados Unidos, los otros países que no han pagado sus cuotas son: Brasil, Irán, Israel, México, Corea del Sur, Arabia Saudí y Uruguay.
Debido al calendario presupuestario del gobierno de Estados Unidos, Washington generalmente paga sus cuotas en octubre.
Según la ONU, los estadounidenses deben 674 millones de dólares para el presupuesto regular de 2019 y 381 millones de presupuestos regulares anteriores.
Estados Unidos también está atrasado en los pagos del presupuesto por separado para las operaciones de protección de la paz de la ONU. De acuerdo con la organización, debe 255 millones de dólares para las misiones que se han concluido y 2.000 millones de dólares para las que continúan activas.
Dujarric dijo que las medidas que la Secretaría de la ONU implementó a principios de año para alinear los gastos con las entradas de efectivo han evitado “trastornos importantes”, pero “ya no son suficientes”.
Dado que la Secretaría General de la ONU podría enfrentar un incumplimiento en los salarios y pagos a fines de noviembre, Dujarric comentó que Guterres ha solicitado medidas inmediatas, incluidas nuevas reducciones en los viajes oficiales y posponer el gasto en bienes y servicios.
Además, los eventos programados fuera del horario oficial de las reuniones se suspenderán, mientras que las conferencias y reuniones tendrían que aplazarse o ajustar sus servicios, añadió el portavoz.
El secretario general enfatizó que el flujo de efectivo es un problema recurrente y que la ONU ahora está determinada a priorizar el trabajo con base en la disponibilidad de efectivo, lo que socava sus mandatos y obligaciones “para las personas a las que servimos”, según Dujarric.
“Por lo tanto, el secretario general espera que los Estados miembros resuelvan los problemas estructurales que subyacen a esta crisis anual sin más demora”, puntualizó.