El Cairo.- Al menos 8.289 civiles han muerto, entre ellos 1.997 menores de edad, en la campaña rusa en Siria desde su inicio hace cuatro años en apoyo al Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Durante estos 48 meses, 19.018 personas han perdido la vida por ataques lanzados por Moscú y de ese total, un 43,6 % representa la cifra de civiles fallecidos, afirmó la ONG, cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno.
Asimismo, señaló que las acciones rusas han acabado con la vida de 5.244 yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) durante ese periodo, mientras que otros 5.485 muertos pertenecen a combatientes del Organismo de Liberación del Levante, en la que está incluida la exfilial siria de Al Qaeda, y otras facciones islamistas.
Desde el 30 de septiembre de 2015 Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, realiza una campaña de bombardeos en Siria en apoyo al ejército nacional y utiliza la base de Hamimim, en la provincia de Latakia y feudo de Al Asad, como plataforma para lanzar sus ataques contra otras partes del país.
La base de Hamimim suele ser objetivo de ataques de los insurgentes con aparatos aéreos no tripulados.
Actualmente, Rusia en encuentra respaldando al Ejército leal a Al Asad durante la operación militar que llevan a cabo contra aquellos que llama ‘terroristas’ en el noroeste de Siria, concretamente en las provincias de Idlib, norte de Hama y Latakia, y oeste de Alepo.
La ofensiva se encuentra paralizada, mientras las tropas sirias y rusas peinan las zonas que han capturado a las facciones insurgentes desde que comenzaron la operación el pasado 30 de abril.
Pese a la existencia de un alto el fuego desde hace un mes, las rusos continúan bombardeando zonas en el noroeste del país mediterráneo, según registra el Observatorio.
En esa región existe también una franja de seguridad que Rusia pactó con Turquía el pasado septiembre en la que se han destacado tropas de ambos países en esa área del país para supervisar el acuerdo, violado prácticamente a diario desde entonces. EFE