El día 12 de septiembre, se celebra el Día Internacional contra la Migraña, con el objetivo de sensibilizar a las autoridades y profesionales sanitarios, y a la sociedad en general, sobre el dolor de los pacientes que padecen este tipo de cefalea, y aunar esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los mismos.
La migraña o jaqueca es un trastorno episódico, caracterizado por la aparición de ataques recurrentes de cefalea o dolor de cabeza, variables en intensidad, duración y frecuencia, generalmente en un lado de la cabeza.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 14% de la población mundial sufre migraña. También coloca esta enfermedad entre las 20 que más incapacitan a los seres humanos en todo el mundo.
El dolor tiene un carácter progresivo y su duración oscila entre unas cuatro horas y unas 72 horas.
En este caso, la cefalea suele acompañarse de otros síntomas, como náusea y vómitos, bostezos, fotofobia (al paciente le molesta la luz) y ciertos síntomas neurológicos focales antes del inicio de la cefalea (visión de puntitos, hormigueos, etc.), que reciben la denominación de “aura”. Un tratamiento y profilaxis adecuados puede ayudar a controlar eficazmente la enfermedad, aunque, en muchos casos, no se cura.
La OMS calcula que la prevalencia mundial de la cefalea, de al menos una vez en el último año, en los adultos es de aproximadamente 50%.
Entre la mitad y las tres cuartas partes de los adultos de 18 a 65 años han padecido un cuadro de cefalea en el último año, y más del 30% de este grupo ha presentado migraña.
La cefalea es uno de los motivos que más consultas al farmacéutico suscita.
Es importante concienciar al paciente de que su estilo de vida puede incidir negativamente en la aparición de cefaleas, y que la adopción de simples medidas higiénico-dietéticas puede reducir considerablemente la incidencia de crisis.
En primer lugar debemos mantenernos en reposo, sin ruidos y en un lugar oscuro. Unas compresas, alternando agua fría y tibia en la frente y base del cuello, pueden disminuir el dolor.
Para prevenir los ataques de migraña, se recomienda evitar cualquier alimento conocido que agrave el problema, así como las situaciones de estrés, además de dormir las horas correctas cada día.
Además, en muchos casos, la cefalea puede cronificarse por abuso de analgésicos (AINE, paracetamol, etc.) o de psicofármacos, por lo que el paciente debe consultar a un profesional sanitario antes del empleo de este tipo de medicamentos.