Alguna vez llamado “El maestro de túneles”, Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, desató el afán por construir caminos subterráneos para trasladar droga de México a Estados Unidos.
Hoy, después de su sentencia a cadena perpetua en Estados Unidos, carteles continúan con el intento de construir pasajes bajo el piso para hacer más redituable el tráfico de narcóticos.
La organización criminal que tiene más túneles aún es el Cartel de Sinaloa, de quien era cabecilla Guzmán Loera. Sin embargo, según el especialista Duncan Wood, director del Instituto México Centro Wilson, esta banda ya no es la única que utiliza los pasadizos. Ahora”rentan” las estructuras en el subsuelo a otros grupos.
El pago más común suele ser dividir las ganancias obtenidas de la venta de drogas enviadas a través de este mecanismo, “Esta repartición de las ganancias es significativa por la última milla es la más difícil y peligrosa para atravesar”,dijo Wood en entrevista con Daily Mail.
También aseguró que sabe que en este momento hay activos entre diez y cincuenta conductos que conectan a los dos países, pero no sabe en dónde se encuentran. “No todos van a operar de forma activa al mismo tiempo, pero estarán disponibles. Los carteles han invertido mucho tiempo y esfuerzo a lo largo de los años en la construcción de estos túneles”, agregó.
La ubicación de los subterráneos es complicada ya que el crimen organizado ha abordado el mecanismo de construirlos en zonas urbanas. Así, la entrada de ellos se puede encontrar dentro de alguna casa o edificio. También su salida. Esto complica la labor de las autoridades de encontrarlos, ya que no pueden registrar todas las propiedades de zonas conurbadas.
El costo de la construcción de las estructuras oscila entre 1.000.000 y 2.000.000 de dólares; monto que según los especialistas se puede cubrir con un solo envío de metanfetamina o cocaína, por lo que su elaboración es redituable.
Esta manera de transportar la droga contribuyó al tráfico de México a Estados Unidos de cocaína, marihuana y heroína con valor 12 mil millones de dólares por el que fue condenado “El Chapo” Guzmán.
De manera extra oficial se ha dicho que el capo envió a sus ingenieros a capacitarse a Alemania para aprender las maneras más efectivas de construir estos pasadizos subterráneos. Este mecanismo lo utilizó también para escapar de la cárcel del Altiplano en 2015.
Un año después la Procuraduría General de la República informó que encontró dos túneles clandestinos que eran operados por el Cartel de Sinaloa. Uno de ellos era usado para trasladar drogas desde Tijuana a San Diego, mientras que el segundo aún estaba en proceso de construcción.
El que ya se encontrada concluido medía 800 metros y estaba equipado con elevador para ocho o diez personas, ventilación, iluminación, un sistema de raíles. Fue el más largo jamás hallado y uno de los que poseía más tecnología en su interior.
Durante el operativo en el que también participó el Ejército Mexicano fueron aseguradas dos toneladas de cocaína y siete de mariguana con un valor de 22 millones de dólares. “En la superficie, pocos podrían sospechar que los traficantes estaban moviendo grandes cantidades de cocaína y marihuana por valor de decenas de millones de dólares de una manera tan modesta”, dijo Laura Duffy, fiscal del sur de California, zona en donde desembocaba el túnel.
Dos años después, en 2018 se encontró otro pasadizo en Jacume, Baja California. Tenía 191 metros de largo y sorprendió porque no sólo contaba con ventilación e iluminación. También estaba equipado con suministros de energía conectados a paneles solares y bombas para drenar agua.
En enero de este año se realizó el hallazgo más reciente de un “narcotunel”. Este medía más de 10 metros y conectaba a Nogales, Sonora con Arizona en Estados Unidos.