El huracán Dorian, uno de los más prolongados de la historia, deja este sábado el territorio estadounidense en su dirección hacia Canadá tras diez días de recorrido en los que dejó torrenciales lluvias y fuertes vientos.
Menos de un 10 % de los huracanes desde que se registran se han mantenido activos durante tanto tiempo.
Aunque la costa sureste de EE.UU. fue la más azotada, especialmente los estados de Carolina del Norte y del Sur, los efectos más devastadores se produjeron en su inicio en las islas del norte de Bahamas, donde el saldo mortal asciende por el momento a 43 y aún siguen las labores de recuperación y búsqueda.
En las Carolinas, en las que se han registrado vientos de más de 95 millas (150 kilómetros) por hora, decenas de miles de personas siguen sin electricidad e importantes inundaciones pero el daño fue menor al anticipado.
Una de las zonas más afectadas es la larga serie de islas barrera conocida como Outer Banks, en Carolina del Norte.
En una ellas, Ocracoke, se estima que casi un millar de personas permanece aisladas.
«Actualmente la isla no tiene electricidad, y muchos de los edificios y casas están aún bajo agua», explicó el gobernador de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, en una conferencia de prensa.
En declaraciones recogidas por la prensa local, Steve Harris, residente de la Ocracoke, relató cómo se pasó «en minutos de apenas tener agua a entre 4 y 6 pies (1,2 y 1,8 metros)» y calificó la situación de «catastrófica».
Pese a ello, las autoridades de Carolina del Norte repetían expresiones de alivio por la ausencia, por ahora, de fallecidos, y las comparaciones con el ciclón Florence, que hace un año dejó más de una treintena de muertes entre ese estado, Carolina del Sur y Virginia.
Dorian se desplaza ahora hacia el noreste a 25 millas (40 kilómetros) por hora y se encuentra a 160 millas (260 kilómetros) al sureste de Nantucket (Massachusetts) y a 310 millas (500 kilómetros) al sureste de la ciudad de Halifax (Canadá), informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés).
Se prevé que toque tierra en Nueva Escocia y afecte al resto de las provincias marítimas del este de Canadá a última hora del sábado, aunque el NHC espera que para entonces se haya convertido ya en un ciclón postropical.
«Es probable que haya riadas peligrosas este fin de semana en partes del golfo de Saint Lawrence, el sureste de Newfoundland y el este de Nueva Escocia», precisó el NHC sobre el impacto en Canadá.
El ciclón, aún categoría 1 en la escala Saffir-Simpson de un total de 5, mantendrá hasta el domingo su desplazamiento hacia el Atlántico Norte antes de desaparecer, según el NHC.
Esta temporada atlántica se prevén de 10 a 17 tormentas tropicales con nombre, es decir con vientos superiores a 39 millas por hora (63 km/h) o más, y de ellas cinco a nueve huracanes, con vientos de 74 millas por hora (119 km/h) o más, según la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA).
Se trata de una temporada con un 45 % de probabilidades de una actividad «por encima de lo normal», que es de 12 tormentas con nombre, de las cuales seis se convierten en huracanes, incluidos tres importantes.
En lo que va de la actual temporada de huracanes, que comenzó en junio pasado, se han registrado también las tormentas tropicales, Chantal, Andrea, Erin, Fernand y Barry, que se convirtió en huracán en julio poco antes de tocar tierra en Luisiana, donde dejó cuantiosas pérdidas materiales, pero ninguna víctima mortal directa. EFE