Los sistemas de reconocimiento facial están en todo el mundo. China fue uno de los pioneros en esta tecnología que se emplea, entre otros sitios, en cámaras de seguridad. Algunos lo consideran una forma de optimizar la seguridad de la ciudad, otros los consideran modos de ejercer control (en ocasiones excesivo) sobre la población.
Las formas de aplicación no paran de sorprender. Tal es el caso del uso que se le está dando en China a esta tecnología: poner en evidencia a los peatones que cruzan la calle cuando no deben, lo cual puede propiciar accidentes de tránsito. Esto no es nuevo, ocurre desde 2017, pero se sigue expandiendo.
En algunas ciudades como Shangai, se muestran los rostros de los peatones que incumplen las normas en pantallas grandes que hay en la calle. Los infractores son identificados por los sistemas de reconocimiento facial, esos datos se cruzan con las bases de datos de la policía y luego se difunden las fotos de sus rostros con sus nombres (parciales, no se ponen todos los datos personales) en las pantallas.
Hay ciudades como Taiyuan, donde esta modalidad se viene llevando a cabo hace rato. En Shenzhen, por ejemplo, también se emplea una tecnología similar pero para multar a quienes no respetan la ley, según se menciona en un artículo de Xataka.
El objetivo de exponer los rostros de los infractores es evitar que se comenta infracciones que podrían derivar en accidentes, según explica el gobierno. Se estima que cada año se generan 260 mil muertes a raíz de este tipo de infracciones. Pero eso no evita que se genere polémica en torno a la privacidad. ¿Cuál es el límite?