Las Grandes Ligas respondieron con severidad a los principales participantes de la pelea que protagonizaron el pasado martes por la noche los equipos de los Rojos de Cincinnati y los Piratas de Pittsburgh al suspender a seis jugadores y a los manejadores de ambas franquicias.
A todos ellos el comité disciplinario de las mayores los consideran como los verdaderos responsables de una pelea colectiva que volvió a ofrecer la peor imagen del deporte del béisbol profesional.
El piloto de los Rojos, David Bell recibió una suspensión de seis partidos, mientras que los lanzadores de su equipo, Amir Garrett, se perderá ocho, y Jared Hughes otros tres.
También fue suspendido con tres partidos, el jardinero cubano Yasiel Puig, cuando todavía era jugador de los Rojos, aunque esa misma noche había sido traspasado a los Indios de Cleveland, donde tendrá que cumplir con el castigo.
El lanzador de los Pirates, Keone Kela, obtuvo la suspensión más larga de 10 partidos por tirar “intencionalmente” un lanzamiento cerca de la cabeza del Derek Dietrich de los Rojos y luego instigar la pelea.
Sus compañeros de equipo, el dominicano Jose Osuna recibió una suspensión de cinco partidos, Kyle Crick cumplirá con tres y el piloto de los Piratas, Clint Hurdle, tendrá que estar dos encuentros sin dirigir al equipo.
Los seis jugadores han apelado las suspensiones y pueden continuar jugando hasta que sean escuchadas esas apelaciones. Bell comenzó este mismo jueves la suspensión, mientras que Hurdle comenzará a cumplir su castigó, mañana, viernes.
“Los incidentes entre estos dos equipos siguen siendo motivo de preocupación, y se refleja en el nivel de disciplina que estamos imponiendo hoy”, destacó Joe Torre, Director de Béisbol de las Grandes Ligas, en un comunicado oficial. “Todos en el campo deben conocer el ejemplo que están dando a los fanáticos, especialmente a los jóvenes”.
Torres también reiteró que había llegado el momento de mentalizar a todos dentro del deporte del béisbol profesional que el tiempo de las peleas colectivas y el buscar las revanchas personales con lanzamientos peligrosos no tendrían ya cabida dentro del deporte pasatiempo nacional.
“Espero firmemente que estos dos responsables técnicos y todos los demás eduquen a sus jugadores por la conducta apropiada y los guíen en la dirección correcta”, subrayó Torre.
Mientras que las Grandes Ligas también multaron al lanzador de los Piratas, Trevor Williams, al primera base de los Rojos, el canadiense Joey Votto, y a su compañero, el jardinero Phillip Ervin, por una cantidad no revelada.
Otros jugadores que participaron en la pelea colectiva que duró más de 10 minutos en controlarse, mientras estaban en la lista de lesionados, incluido el receptor de los Piratas, el receptor venezolano Francisco Cervelli, también fueron multados.
Las suspensiones provienen de las peleas del martes que comenzaron con Garrett que se fue corriendo desde el montículo para golpear a varios jugadores de los Piratas frente al dugout del equipo de Pittsburgh.
Los jugadores de los Piratas respondieron y lanzaron al suelo a Garrett, a quien golpearon hasta que llegaron todos los jugadores de los Rojos para defenderlo.
Bell fue uno de los primeros del equipo de los Rojos en unirse a la pelea y tuvo que ser separado de Hurdle. Más tarde, Bell ayudó a contener a Puig, quien reavivó el enfrentamiento cuerpo a cuerpo con más gritos y empujones.
La pelea del martes comenzó en la parte alta de la novena, pero las tensiones se iniciaron antes cuando Kela lanzó una pelota a la cabeza de Dietrich en la séptima entrada.
El pasado abril, Dietrich se recreó con uno de sus cuadrangulares que pegó en el PNC Park, de Pittsburgh, algo que no sentó bien a los jugadores de los Piratas y que en ese partido también generó la primera pelea colectiva que protagonizaron ambos equipos.
Bell acusó a Hudle de ser el responsable de permitir a los peloteros de los Piratas a que jugasen “sucio” con sus lanzamientos que buscaban hacer daño.