Alejandro Sanz no está pasando su mejor verano. El cantante, 50 años, tras su separación de Raquel Perera, de 44, afronta ahora las consecuencias de otro ‘divorcio’, el de quien fue su representante durante casi tres décadas,Rosa Lagarrigue y propietaria de la empresa RLM, que le reclama nueve millones de euros por un supuesto incumplimiento de contrato.
El pasado miércoles, el compositor y cantante se sentó en el banquillo del juzgado nº 74 de primera instancia de Madrid, según ha publicado la revista ‘Diez minutos’ y ‘El independiente’, para enfrentarse a su exmánager después de que los abogados de Alejandro Sanz intentasen llegar a un acuerdo por cuatro millones de euros sin éxito.
La defensa de Rosa Lagarrigue sostiene que el intéprete madrileño rompió el acuerdo de forma unilateral. Según explica la publicación, Alejandro Sanz fue reprendido en varias ocasiones por el juez y sus contestaciones fueron poco concretas. “No lo sé”, “Lo ignoro” o “Yo solo soy el artista”fueron algunas de su respuestas ante las preguntas de la parte contraria. El fallo se conocerá el próximo otoño.
La separación entre ellos se produjo hace dos años, cuando la sociedad recibió un escrito de Alejandro Sanz en el que se anunciaba la ruptura del contrato, que había sido renovado en 2014 hasta 2019. RLM también representa a otros artistas populares, como Raphael y Malú.
Alejandro se enfrenta también a la separación matrimonial de Raquel Parera. Aunque ambos aseguran que la ruptura es de mutuo acuerdo, comparten un conglomerado empresarial. No sucede lo mismo con el patrimonio inmobiliario. Tanto la finca que tiene el cantante en Extremadura, como su casa en Madrid y una mansión en Miami son bienes privativos del cantante.
Fuente: EFE