Santo Domingo.- La medalla de oro que logró ante miles de sus compatriotas en los Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003 es uno de los momentos que
tiene grabados “para siempre” en su memoria, porque sabía “que el 100 por ciento del estadio” le estaba apoyando.
Dos años atrás, este hijo de dominicanos nacido en Nueva York, se hizo en Edmonton, Canadá, con su primer título mundial en los 400 metros vallas y colocó por primera vez a la República Dominicana en el mapa del atletismo universal.
Desde entonces, tejió una carrera que incluyó un segundo título en Campeonatos Mundiales (París 2003) y medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Londres 2012, donde aún es recordado por su llanto incontrolable al momento de ser premiado.
Pero la noche del 6 de agosto de 2003 sigue fresca en la mente de Sánchez, cuando cruzó la meta en primer lugar ante el delirio de las más de 30.000 personas que abarrotaron el Estadio Olímpico de Santo Domingo, que, varios años después, fue bautizado con su nombre.
“Esa noche, cuando entré al estadio quedaron grabados en mi memoria para siempre los gritos de la gente; querían verme ganar, sentía ese ánimo y después de cumplir con el oro (…) son cosas que hay que valorar, que no suceden todos los días”, dijo Sánchez al conversar con Efe en un aparte de sus funciones como entrenador.
Sí: el exatleta, que hace tres años anunció su retiro de las pistas, sigue en ellas pero en roles técnicos, en los que aseguró que los “nervios” afloran mucho más que cuando corría.
“Yo casi nunca estuve nervioso en una competición, pero ahora como entrenador tengo esos nervios, esa falta de control que me hace ponerme más nervioso de la cuenta. De este lado es mucho más difícil, porque pierdes el control para pasar a ser un aficionado más. Espero que los muchachos (atletas) no se pongan nerviosos como yo a la hora de competir”, dijo Sánchez sonriendo.
Entre esos “muchachos” a los que alude están el medallista de plata olímpico Luguelin Santos (Londres 2012), la principal baza del atletismo dominicano, así como su hermano, Juander, quien hace dos años avanzó a la final de los 400 vallas en los Mundiales de la capital inglesa.
Bajo su tutela hay otros nombres como el de Lidio Feliz, a quien considera el mejor velocista dominicano de la actualidad en los 200 y 400 metros, así como Milagros Durán, de 19 años, quien acumula ya experiencias en los Mundiales sub’18 y sub’19.
“Tenemos cuatro o cinco muchachos que tendrán la oportunidad de representar al país en los Juegos Panamericanos; será su primer paso para tratar de llegar al nivel mundial”, explicó el exatleta, de 41 años.
Durante la conversación con Efe, ‘Súper’ Félix rememoró su actuación en la cita continental de 2007 en Río de Janeiro, cuando dominaba la carrera y tropezó con la última valla y finalmente cruzó en cuarto lugar.
“Llegué a Río con la esperanza de correr bien y llevarme otro oro (panamericano), pero choqué con esa última valla (?). Fue difícil y complicado, pero al mismo tiempo me dio más ánimo y apenas un mes después logré la plata en el Mundial (de Osaka, Japón)”, recordó.
Cuatro años después, Sánchez llegó agotado a la cita de Guadalajara 2011, tras una larga temporada.
“Esos Juegos fueron en el último cuatrimestre del año, cuando ya uno está cansado, pero aún así decidí participar y traté de ganar la medalla de plata y me lancé de cabeza para llegar a la meta; finalmente me quedé con el bronce y con el hombro derecho dislocado”, dice.
Después de esa agridulce experiencia, el dominicano tocó de nuevo la gloria con el -inesperado para muchos- oro en la capital londinense.
“Estaba feliz, contento, satisfecho del trabajo que hicimos luego de preparar una temporada de diez meses en busca de esa medalla (?). Ocho años después (en Atenas 2004) por fin logré lo que pensaba en mis sueños (…) cuando lo logras, no hay mayor felicidad”, explicó Sánchez, quien luego de la carrera acomodó sus rodillas y brazos en la pista y extrajo una foto donde figura junto a su abuela fallecida, a quien dedicó la carrera.
A Toronto 2015, el campeón olímpico llegó con no muy buena salud y dudas sobre si había llegado la hora del retiro o si todavía quedaba gasolina en el tanque. Estuvo a punto de no asistir al evento, pero las autoridades olímpicas de su país le dijeron que él sería el abanderado y se sintió comprometido.
“Realmente, a partir de ahí empecé a organizarme y a aclarar qué quería hacer con mi vida después de concluir mi carrera deportiva. Cuando eres atleta no piensas en eso (retiro), solo te fijas metas y logros por alcanzar y nada más (?). Al llegar a los últimos años de mi carrera todo eso me puso a pensar”, reflexiona Sánchez.
Así, en abril de 2016 el más laureado atleta olímpico en la historia de República Dominicana anunció desde Los Ángeles (EE.UU.) en videoconferencia -en la que tampoco pudo contener las lágrimas- que había llegado el momento del adiós.
“Decidí que aún fuera de las carreras seguiría en el atletismo y me mudé al país para enseñar a los jóvenes; fundé una academia y me va muy bien”, confesó quien pasó de ser Félix ‘Súper’ Sánchez en las pistas a uno de los entrenadores nacionales del atletismo dominicano.