La Policía francesa detuvo este domingo a 152 personas en París durante los actos de celebración de la fiesta nacional, en protestas protagonizadas por el movimiento de chalecos amarillos que ha convulsionado al país en los últimos meses.
El bulevar en el centro de París fue reabierto al tráfico tan pronto como terminó el desfile, pero unos cientos de manifestantes del movimiento de los “chalecos amarillos” intentaron ocuparlo.
Los manifestantes, que no llevaban sus habituales prendas fosforecentes, ocuparon la parte superior de la avenida abierta al público después del desfile, y derribaron las barreras metálicas que habían sido utilizadas para delimitar el desplazamiento de los espectadores durante la parada militar.
La mayoría fue arrestada por participar en una manifestación no autorizada. También hubo detenciones por violencia contra la autoridad, destrozo de bienes públicos o posesión de armas.
Según la cadena CNews, dos de los detenidos son Jérôme Rodrigues y Éric Drouet, figuras destacadas del movimiento contestatario de los “chalecos amarillos”.
La situación fue especialmente tensa al inicio de la conmemoración en la avenida de los Campos Elíseos, donde algunas personas recibieron con pitidos y abucheos al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y al final, con cantos contra el capitalismo y lanzamiento de gases lacrimógenos.
La televisión francesa BFM mostró imágenes de policías lanzando gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, algunos encapuchados, que trataron de bloquear la carretera con barricadas metálicas, cubos de basura y otros escombros.
Se escucharon varios golpes fuertes. Los manifestantes lanzaron objetos a la policía, abuchearon e incendiaron una papelera.
“Quienes han intentado impedir este desfile deberían tener un poco de vergüenza. Hoy es un día en el que la nación se une y creo que la nación debe ser respetada”, señaló a la prensa el ministro francés del Interior, Christophe Castaner.