Una fobia es un miedo exagerado e irracional.
El término ‘fobia’ se usa a menudo para referirse al temor de un desencadenante particular. Sin embargo, hay tres tipos de fobia reconocidos por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Incluyen:
Fobia específica: un miedo intenso e irracional a un desencadenante específico.
Fobia social, o ansiedad social: un miedo profundo a la humillación pública y a ser individualizados o juzgados por otros en una situación social. La idea de grandes reuniones sociales es aterradora para alguien con ansiedad social. No es lo mismo que la timidez.
Agorafobia: este es un temor a situaciones de las que sería difícil escapar si una persona experimentara un pánico extremo, como estar en un ascensor o fuera de la casa. Por lo general, se malinterpreta como un temor a los espacios abiertos, pero también podría aplicarse a estar confinado en un espacio pequeño, como un ascensor, o estar en transporte público. Las personas con agorafobia tienen un mayor riesgo de trastorno de pánico.
Las fobias específicas se conocen como fobias simples, ya que se pueden vincular a una causa identificable que puede no ocurrir con frecuencia en la vida cotidiana de un individuo, como el temor a las serpientes. Por lo tanto, es probable que estas no afecten la vida cotidiana de manera significativa.
La ansiedad social y la agorafobia se conocen como fobias complejas, ya que sus factores desencadenantes se reconocen con menos facilidad. Las personas con fobias complejas también pueden encontrar más difícil evitar los desencadenantes, como evitar salir de casa o no estar en una gran multitud.
Una fobia se vuelve diagnosticable cuando una persona comienza a organizar su vida para evitar la causa de su miedo. Es más grave que una reacción normal de miedo. Las personas con fobia tienen una necesidad abrumadora de evitar cualquier cosa que desencadene su ansiedad.
Síntomas
Estos síntomas son comunes en la mayoría de las fobias:
-Sensación de ansiedad incontrolable cuando se expone a la fuente del miedo
-La sensación de que la fuente de ese miedo debe evitarse a toda costa
-No poder desenvolverse correctamente cuando está expuesto a la fobia
-Reconocimiento de que el miedo es irracional, irrazonable y exagerado, combinado con una incapacidad para controlar los sentimientos.
Los efectos físicos de esas sensaciones pueden incluir:
-transpiración
-respiración anormal
-latido acelerado
-temblor
-sofocos o escalofríos
-sensación de asfixia
-dolores en el pecho u opresión
-mariposas en el estómago
-hormigueo
-boca seca
-confusión y desorientación
-náusea
-mareo
-dolor de cabeza
La amaxofobia es la fobia o miedo a conducir un vehículo. La palabra proviene del griego: amaxo que significa vehículo y fobia que significa miedo. La amaxofobia se considera una fobia específica,. Pero, ¿cuales son las causas? En general, se acepta que las fobias surgen de una combinación de eventos externos (es decir, eventos traumáticos) y predisposiciones internas (es decir, herencia o genética). Muchas fobias específicas se pueden remontar a un evento desencadenante específico, generalmente una experiencia traumática a una edad temprana. En este caso, se relaciona con una sensación de ansiedad exacerbada al tener que conducir un coche o cualquier otro vehículo.
Las fobias representan un tipo de trastorno de ansiedad, en el que la persona que lo padece puede sentirse extremadamente ansiosa o llegar incluso a tener un ataque de pánico en la situación en la que se presenta su objeto de miedo. El 33% de las personas que sufre un temor intenso e irracional lo tiene hacia las arañas. Es sin duda la fobia más frecuente entre los seres humanos y teniendo en cuenta que 1 de cada 23 personas en el mundo sufre de alguna fobia, las cifras son bastante llamativas. Además, según los datos del National Institutes of Health, las mujeres son cuatro veces más propensas a temer a los arácnidos que los hombres.
Las fobias comienzan a desarrollarse a los 13 años de media y muchas personas sufren de ellas sin saberlo. La acrofobia o miedo a las alturas es otra de las fobias que más se repiten. Ocupa el puesto nº 8 de las 10 más comunes. Asomarse a un balcón o a una ventana con una altura considerable, a pesar de que no exista peligro alguno, los pone en alerta, inundándoles a muchos la sensación de vértigo al instante.
La astrafobia también conocida como brontofobia es tener miedo a los rayos o a las tormentas eléctricas. Este particular trastorno hace que las noches de tormenta se conviertan en una auténtica pesadilla. Si nos preguntamos si es una fobia habitual, lo es y suele nacer en la infancia. Ocupa el puesto nº 3 entre las más ordinarias con un 21% de incidencia mundial. Otras fobias menos frecuentes pero bastante peculiares son: la eritrifobia (miedo al color rojo), la catagelofobia (miedo al ridículo), la patofobia (miedo a la enfermedad) o la tafofobia (miedo a ser enterrado vivo por error y despertar en un ataúd bajo tierra).
Según los registros médicos, existen más de 500 fobias descritas pero ya sabemos que puede haber tantas fobias como individuos. El miedo a volar en un avión o en cualquier vehículo que levante los “pies” del suelo representa la fobia nº 7 de las 10 más comunes en todo el mundo. Este miedo provoca problemas de ansiedad y nerviosismo que les impiden viajar.
Tener miedo a los lugares abiertos ocupa el puesto nº 10 en la lista de las fobias más comunes. Si el miedo a los espacios cerrados es de las fobias más habituales, su contrario, el miedo a los espacios abiertos también ocupa un lugar destacado. Los agorafóbicos sienten que a pesar de estar inmersos en un lugar lleno de gente no podrían ser vistos o recibir ayuda en caso de una situación de peligro. Todo ello provoca nerviosismo, ansiedad, dificultad a la hora de respirar…, según afirma la American Psychiatric Association.
Las mujeres son dos veces más propensas a sufrir fobias que los hombres, según datos del NHS (National Institutes of Health). La claustrofobia o miedo a los espacios cerrados comparte el puesto nº 4 como la fobia más reiterada en los seres humanos. Las personas que padecen claustrofobia son incapaces de subir a un ascensor, un vagón de metro, entrar en una cueva o incluso un túnel. La claustrofobia se confunde a veces con la cleitrofobia que es el miedo a quedarse encerrado.
La dentofobia o miedo al dentista es más frecuente de lo que nos podríamos imaginar. Ocupa el puesto nº 6 entre las fobias más comunes en la sociedad y es el motivo por el que muchas personas evita la visita al dentista. ¿Qué situaciones pueden provocar que surja la dentofobia? Una mala experiencia en el pasado suele ser el origen de este miedo enfermizo.
Llegamos al temor irracional a vomitar. Existe un reducido número de personas que desgraciadamente sufre un temor increíblemente poderoso a todo lo relacionado con el vómito. La ansiedad producida por esta fobia se produce tanto como respuesta de ansiedad al acto de vomitar, ya sea propio o de otros, como la sensación de náuseas que preceden al vómito. Puede llevar a los que lo padecen a consumir solo alimentos con lo que sepan que no hay posibilidad de vomitar.
Si en cierto modo era bastante sencillo de adivinar que el miedo a las arañas iba a representar la fobia más común en todo el mundo, la segunda en provocar pánico también pertenece al mundo animal. La herpetofobia o miedo a las serpientes ocupa la 2º posición en es top de fobias más frecuentes. Si unimos la fobia a las arañas, a los pájaros y los insectos, estas fobias animales representan el 50% de todas las existentes.
La palabra fobia procede del griego antiguo “Fobos”, quien era hijo de Ares y Afrodita en la mitología griega y que representaba la personificación del miedo. En este caso, la tripanofobia es un miedo irracional a las inyecciones. El 15% de las personas que padece alguna fobia lo es a las agujas y es por ello la 4ª fobia más frecuente en el mundo aunque existen tantas fobias como personas, ya que puede desarrollarse fobia a cualquier cosa.
– Las fobias son más serias o complicadas que las simples sensaciones de miedo y no se limitan a temores de desencadenantes específicos.
– A pesar de que los individuos son conscientes de que su fobia es irracional, no pueden controlar la reacción de miedo.
– Los síntomas pueden incluir sudoración, dolores en el pecho y alfileres y agujas.
– El tratamiento puede incluir medicación y terapia conductual.
La eritrofobia es el miedo a ruborizarse. Para algunos, el miedo al rubor, es tan intenso que ocasionalmente recurren a la neurocirugía con la esperanza de que cortar los nervios que desencadenan el rubor curará su dolencia. La cirugía tiene una eficacia limitada y efectos secundarios desagradables, que pueden incluir sudoración excesiva, en lugar de sonrojarse.
El rubor está programado como una respuesta automática a las señales emocionales debido a su función de supervivencia adaptativa.
La zoofobia es el miedo irracional y enfermizo hacia los animales, sea del tipo que sean, y también a su representación o cualquier cosa que tenga relación con ellos. Este miedo patológico conforma un concepto amplio que se superpone con otras fobias como la Kastaridaphobia o blatofobia (miedo a las cucarachas), la cinofobia(miedo a los perros), ofidiofobia (miedo a las serpientes), etc. ¿Qué provoca esta fobia animal? Existen varias causas principales y, entre ellas, las sociedades son un factor clave responsable de desarrollar este tipo de miedo.
Desde la antigüedad, hemos considerado que los animales son dañinos y peligrosos para la vida, lo que creó un mecanismo de defensa natural en los humanos para protegernos de los animales. Con el paso de las generaciones, el miedo aún se encuentra en nuestros genes y cuando pasa a nivel extremo, una persona puede volverse propensa a la zoofobia. Además, si alguien ha sido herido o atacado previamente por algún animal, o vio que se lo hicieran a otra persona, podría desarrollar este miedo extremo y comenzar a evitar a los animales.
La sofofobia es el miedo al conocimiento o miedo a aprender. El origen de la palabra es el griego: sopho (que significa sabiduría o conocimiento) y fobia (que significa miedo). La sofofobia se considera una fobia específica y también está relacionada con la epistemofobia y la gnosiofobia (ambas relacionadas con el miedo al conocimiento). ¿Cuales son las causas? Generalmente las fobias surgen de una combinación de eventos externos (eventos traumáticos) y predisposiciones internas (herencia o genética).
¿Cuales son los sintomas? Al igual que con cualquier fobia, los síntomas varían según la persona dependiendo de su nivel de miedo. Los síntomas suelen incluir ansiedad extrema, temor y todo lo relacionado con el pánico, como falta de aliento, respiración acelerada, ritmo cardíaco irregular, sudoración excesiva, náuseas, boca seca, náuseas, incapacidad para articular palabras o frases y temblores.
La osmofobia u olfactofobia hace referencia al miedo irracional o hipersensibilidad psicológica a los olores. El mundo es rico en una variedad de olores, algunos son agradables, mientras que otros son repugnantes. En algunos casos, ciertos olores específicos pueden evocar un recuerdo y, en otros casos, pueden notificarnos sobre posibles peligros, como el humo y el gas. Sin embargo, hay una porción de la población mundial que, sin saberlo, relaciona el miedo con olores específicos.
Generalmente se observa en personas con migraña crónica y las migrañas ‘despiertan’ por los malos olores, pero si existe súper sensibilidad puede ser causada por todos los olores. La causa exacta de la osmofobia es desconocida pero, normalmente, se expone que las fobias como la osmofobia surgen de eventos externos que son traumáticos combinados con predisposiciones internas que incluyen genética o herencia. El mayor desafío que la mayoría de los pacientes experimentan es la sensación de no poder alejarse de los olores que temen: el olor está en los zapatos, ropa, frigorífico, dormitorio.