Si bien las hepatitis crónicas B y C son las principales causas de cáncer de hígado, se espera que la enfermedad por hígado graso no alcohólico se transforme en pocos años en “la principal responsable” de esa patología.
Los más de dos mil especialistas reunidos en el congreso “Hepato XX/19”, que se desarrolla desde ayer y hasta mañana sábado en Buenos Aires hicieron énfasis en considerar al hígado graso como “la pandemia del nuevo siglo”.
En ese contexto, uno de los avances presentados es un aparato similar a un ecógrafo que permite detectar casos de hígado graso sin recurrir a una biopsia y nuevos fármacos para tratar la enfermedad.
El hígado graso es el resultado de la acumulación excesiva de grasa en ese órgano en ausencia de un consumo de alcohol significativo
“El hígado graso es el resultado de la acumulación excesiva de grasa en ese órgano en ausencia de un consumo de alcohol significativo”, explicó a Télam la hepatóloga Alejandra Villamil, presidenta del congreso.
La médica del Hospital Italiano de Buenos Aires detalló que el cuadro aparece “cuando se ingieren hidratos de carbono o grasa en exceso” o “cuando el sedentarismo disminuye la cantidad de calorías que se consumen y hace que se acumulen”.
“Lamentablemente, la mitad de los argentinos hoy tiene sobrepeso y se estima que un 30% podría tener hígado graso sin saberlo, ya que es una enfermedad totalmente asintomática y silenciosa. Puede afectar tanto a niños como a adultos y a hombres como a mujeres, especialmente después de la menopausia”, agregó.
Villamil alertó que el hígado graso asociado al sobrepeso, la diabetes y el sedentarismo “será en los próximos años la principal causa de mortalidad por enfermedad hepática y de trasplante”.
“Esto demanda acciones urgentes, porque en los últimos años estamos viendo cada vez más casos incluso en pacientes con peso normal”, señaló.
Consultada sobre los avances que se presentarán durante el congreso, Villamil adelantó que uno de ellos ayudará a identificar a pacientes con la forma severa de la enfermedad sin recurrir a la biopsia.
“Hasta el momento la única manera de identificarlos era a través de una biopsia, pero se presentará un aparato similar a un ecógrafo, el fibroscan, que mide la rigidez del hígado y permite estimar su grado de dureza como expresión del nivel de fibrosis que tiene o si ya ha evolucionado a la cirrosis“, explicó la hepatóloga.
Las nuevas drogas mejorarían el perfil metabólico de los pacientes para impedir la acumulación de grasa en el hígado
Con respecto a los nuevos tratamientos, la médica apuntó que se presentarán también nuevas drogas que están “recién en fase de investigación clínica” pero que “ya demostraron resultados muy alentadores, por lo que se espera su arribo a las farmacias en los próximos años”.
“Esas drogas mejorarían el perfil metabólico de los pacientes para impedir la acumulación de grasa en el hígado y favorecer su utilización, y frenarían el desarrollo de cicatrices fibrosas”, precisó.
El congreso se desarrolla en el Centro de Exposiciones y Convenciones de la ciudad de Buenos Aires bajo el lema “40 años de hepatología en Argentina de cara al futuro”.
En la edición 2017 del mismo congreso, los especialistas habían dado cuenta de que el cáncer de hígado es el quinto tipo de tumor más frecuente en el mundo. Su incidencia se triplicó en los últimos 35 años y a nivel internacional se diagnostican 700 mil nuevos casos por año, mientras que “en la Argentina se espera para el futuro cercano un incremento de casos por hígado graso 10 veces por encima de los datos de hace 15 años”, según alertaron desde la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (Aaeeh).
Fuente: infobae