El Dominicano Julio César Santana, quien residía en la ciudad de Nueva York en los años 90, asegura haber sido víctima de una confusión, misma que ocasionó su extradición al país.
Santana cuenta que era propietario de una discoteca en los Estados Unidos cuando lo acusaron de darle muerte a una persona en ese país, por lo cual lo extraditaron y cumplió condena hasta enterarse que la persona que supuestamente había matado está viva.