Su renacimiento se debe al doble trasplante de pulmón al que se sometió a fines de 2017 para resolver la fibromatosis que sufrió por años. Distendido y con un entusiasmo que contagia, José Luis Rodríguez El Puma habló en su casa de Miami.
Contó el milagro en primera persona que le tocó vivir y el aprendizaje que le dejó : “Me sentí morir, esta enfermedad no tiene cura. Si alguien te dice que hay solución, te miente y solo te hacen perder el tiempo”.
También habló de Venezuela, de la posibilidad de ser presidente de su país y de cómo este puede recuperarse en una década siguiendo sus recomendaciones.
—¿Cómo estás hoy, después del trasplante?
—A un 70% de mi recuperación total, creo que poco a poco voy a llegar al 100%.
—El 11 de mayo iniciás una gira de conciertos, ¿estás en condiciones físicas para subir a los escenarios?
—Estoy preparado para hacer el tour, sino no se hubiese iniciado. Es uno por semana, cosa que antes no era así. Entonces voy y vengo, pero sin matarme mucho, para poder relacionarme con la gente, poder disfrutarlo. Disfrutar del show realmente y no hacer un monólogo musical.
—El tour se llama Agradecido, ¿por qué ese nombre y cuál es la diferencia con los shows anteriores?
—Sí. Agradecido al público. Agradecido de todo lo que ha hecho conmigo, del trago de la muerte. Aquí está prohibido quejarse y prohibido olvidar, no puedes olvidarte dónde te atrapó Dios, el milagro que hizo contigo, y no puedes quejarte, porque estás bien, estás respirando. Es una nueva oportunidad para hacer las cosas un poco mejor, pero disfrutarlas.
—Cuando dices “disfrutar realmente”, ¿significa que antes no disfrutabas?
—Viajar, correr, salir a la madrugada… Me cansé de eso. La vida no es una carrera que no puedes parar, tienes que detenerte un poco, porque si no Dios te detiene. Él te dice por las buenas “detente”, como me decía Carolina, mi esposa: “¡¡Para!!”, y yo decía: “No sé cómo parar, no sé dónde está el freno,
no sé cómo detener esto”. La verdad es que me detuvo Dios.
—¿Cómo fue ese día que te detuvo Dios?
—No pude más.
—¿Dónde estabas?
—En Barranquilla, en el último show ya no pude más, tuve que utilizar una bomba de oxígeno delante de la gente, y ahí se descubrió todo, que yo estaba mal. Hasta ahí llegué, fue en el año 2014.
—En ese momento, ¿qué fue lo primero que se te vino a la mente?
—Dije: “Terminé, esto creo que es el final”. Me sentí morir. Es un deterioro terrible, porque esta enfermedad es así, no se detiene, no tiene cura. Si una persona te dice que tiene una solución para esto, es mentira, la única solución es, realmente, el trasplante.
—¿Cómo viviste la noticia de que necesitabas ser trasplantado?
—Lo pensé muchísimo. Empecé a buscar por otras partes. Hay gente que cree que tiene la solución, pero es mentira, solo te hacen perder tiempo, con métodos y cosas, hasta que te das cuenta, y el médico te dice: “Vas a seguir empeorando si no tomas la decisión: es muerte [segura]”.
—¿Qué era lo que más te preocupaba?
—Mi edad. No es lo usual, creo que este es un caso muy especial, en el que a un tipo de mi edad, 76 años, le trasplanten dos pulmones, era un riesgo muy alto. Tomar esa decisión para mí fue vital, pero si me quedo [dudando], me muero, “si lo intento posiblemente viva”, y como tengo fe en el Señor, creo que Cristo es el milagro, porque para mí esto es un milagro.
—¿Es un milagro?
—Totalmente. Combinar, lamentablemente, la persona que muere para que tú vivas y que los pulmones encajen perfectamente en tu cuerpo. Encontrar a tiempo el donante es un milagro.
—¿Cómo fue el tiempo de espera?
—Esperé unos meses, y seguía mal. Te convierte en inválido, no puedes hacer nada, de hecho, si no tienes a alguien que te ayude, te lo preguntan: “¿Usted tiene a alguien que lo ayude de verdad?”. Tenía a dos, a mi esposa y a Marlene, mi asistente.
—¿Cómo fue la espera?
—Dependes de una llamada. Tú tienes que dormir con el teléfono al lado de tu cama. Puede ser a cualquier hora. Un día recibo una llamada de madrugada. Fuimos al hospital, esperamos 24 horas, llegaron los médicos y me dijeron: “Tenemos dudas”. Les dije a los médicos que si tenían un porcentaje de duda, no lo haríamos. Nos fuimos, esperamos unos cuatro meses más, que fueron una eternidad… hasta que llegó la segunda llamada.
—¿Cómo fueron esos meses?
—Un día te levantas flaco en la fe, al otro día te levantas gordo en la fe, vas superando los días; pero hay días que realmente estás muy mal, y dices “bueno, hasta aquí llegué”. Tú no sabes cuándo vas a pasar al día siguiente, y le pasa a todos que están esperando trasplante, sea de corazón, de hígado,
de páncreas, de pulmones, cualquier trasplante.
—¿Qué pasó con la segunda llamada?
—Llegué al hospital y el médico me dijo ahora: “Ahora sí creo que estos son los pulmones”, y empezó el proceso. Prepararme con el tiempo necesario, la operación fue un éxito, y de ahí para acá hay gente que se recupera muy rápido. Yo ya llevo un año y tres meses.
—Cuando te despertaste del trasplante ¿cómo fue estar vivo?
—Tenía un tubo puesto, por supuesto. Desperté y vi que estaba en el cuerpo, me tenían amarrado con guantes. Carolina estaba asustada, yo la miraba a los ojos para que entrara, y cuando me quitaron los guantes, empecé a escribir, a decir lo que quería, pero a los dos días, afortunadamente, me quitaron el tubo. Y cuando empiezo a respirar sin oxígeno, eso fue espectacular.
Tú puedes estar sin comer varios días, sin tomar varios días, pero sin respirar ni un minuto. La gente no sabe lo que son las cosas, dan todo por descontado, hay que dar gracias por todo.
—¿Cómo sigue tu vida?
—Continuar con mi rutina de ejercicios, alimentación, tranquilidad, meditación, tratar de dormir lo mejor posible, que no es fácil, y darle.
—¿Por qué decides volver a los escenarios?
—¿Qué hago? ¿Me muero?
—Pregunto porque imagino que con un doble trasplante tal vez lo mejor para la salud es no someterse a exigencias físicas extras.
—Pero si me salvó es para algo. ¿Para que fuera un vegetal? Uno
se salva para un propósito, dar testimonio de que si Dios lo hizo conmigo lo puede hacer con otra persona.
—¿Tienes contacto con la familia del donante?
—No.
—¿Qué le dirías a la gente que dona los órganos?
Que de verdad tomen conciencia de que hay más de 100 mil personas esperando por órganos en los Estados Unidos, y 9 de cada 10 mueren, se quedan en el camino 9 esperando. Donar es dar vida. Es una oportunidad maravillosa para recapacitar, para perdonar, para pedir perdón, es reconciliarse, el ego desaparece muchísimo.
—¿Tenías mucho ego?
—Todos tenemos ego, tú tienes ego. Entonces, eso se va aplastando de una forma brutal, hasta que concilias primero con Dios, contigo mismo. Es una bendición estar en el cuerpo otra vez y tener otra chance para rectificarte.
La situación de Venezuela
El Puma aclaró que cuando le preguntaron sobre postularse a la presidencia de Venezuela comentó que si hubiera oportunidad lo haría, pero el país que tiene en mente no existe ahora.
—Si tuvieras la oportunidad, ¿te postularías como presidente de Venezuela?
El país que yo pienso no es ninguno de los países que están ahorita, perdón. Tengo que pensar si seguir en lo que estoy haciendo o dedicarle el resto de mi vida a algo tan difícil como es reestructurar un país.
—¿Ninguno?
—No. El país que pienso es un Estado pequeño, que se maneja con 8 o 10 mil personas, no más que eso. La ley laboral hay que triturarla, fue diseñada por comunistas, por izquierdistas, donde el empleador es el explotador y es todo lo contrario, el empresario es el que arriesga para darte trabajo y llevar pan a tu casa, entonces ¿cómo lo vas a arrinconar? Tienes que protegerlo, darle sus facilidades para que venga a invertir, a arriesgar. Con los impuestos adecuados, con una corte suprema que esté libre de política.
—¿Existe una corte suprema libre de política?
—Debería haberla, tiene que haberla, con jueces muy bien pagados para que no se compren ni se vendan. La obra pública no puede ser del Estado: ¿de dónde sacan la plata los políticos? De las obras públicas, de los negociados.
Europa está unificada por la parte económica, América debería estar unificada por la parte económica. Pienso que el dólar es la moneda más sostenible, y creo que Venezuela va a llegar a la dolarización. Además hay que poner antes que a la escuela al hogar. Yo soy conservador, soy republicano. Vamos a tener que hacer una purga muy importante y liberar a los países de las lacras que siempre han vivido de la política.
—Si tuvieras un superpoder hoy, ¿qué harías?
—Cambiar el espíritu y la mente de muchos políticos que yo llamaría “servidores públicos”. Si realmente quieren servir a la patria, que la sirvan de corazón, porque han engañado tanto a tanta gente. El producto de Venezuela es porque ellos permitieron que surgiera un Chávez.
Venezuela tiene una capacidad de diez años para recuperarse, tiene petróleo, tiene oro, tiene hierro, tiene diamante, tiene todo. En diez años, te aseguro que se va a recuperar, haciendo lo que yo digo.
Los planes de El Puma
—¿Además de con la gira estás con otros proyectos?
—Sí. Estoy grabando un disco acústico, totalmente diferente a lo que hice hasta ahora.
—¿Cuál es tu canción preferida?
—”Dueño de nada”.
—¿Por qué elegiste esa?
Porque yo transito, no me quedo. Administro y no poseo. ¿De qué eres dueño? Ni del cuerpo, entras sin nada y te vas sin nada. Lo único que te entregan al nacer es un cheque en blanco.
—¿Y cuál es el valor de ese cheque?
—El tiempo. De la cuna a la tumba vas a vivir un tiempo determinado, ¿cómo vas a distribuir ese tiempo? ¡Yo perdí fortunas en el tiempo!
—¿Y en qué cosas perdiste más tiempo?
—Viendo televisión, escapándome, evadiéndome, porque ¡cómo se reduce esta vida! Un auto, un avión, un escenario, la habitación de un hotel…, son sitios reducidos, realmente. Le quité a mi esposa tiempo que le quité a mi hija. Cuando entretienes a la gente, tienes un sí muy fácil y el no casi no existe. Es todo el tiempo complacer, complacer y complacer. El sí es muerte, el no es vida.
—¿Más “no” es la clave?
—Sí. Cuando aprendes a decir “no” empiezas a edificarte, empiezas a defenderte y empiezas a ser tú mismo.
—Además de aprender a decir que no, ¿hay algo más para tener en cuenta?
—Sí, amar a tu prójimo como a ti mismo. Si tú no te amas primero, tú no puedes amar a una persona. Es como te dicen en el avión: “Ponte primero el oxígeno tú y después se lo pones al muchacho o a la persona que tienes al lado; si tú no te salvas primero, no puedes salvar al otro”.
—¿A quién le agradecerías? Además de a los médicos.
—Primero, a Dios, y segundo, a los médicos; tercero a mi esposa, que siempre estuvo y estará, y a mi asistente. A la cantidad de gente que oró por mí, y sigue orando mucha gente. La intercesión en la oración del justo llega a los mismos Cielos, y las cadenas de oraciones te ayudan también, y al público en general, a todos. Y los amigos que quedaron.
—¿Qué es lo primero que piensas cuando te despiertas?
—Dar gracias a Dios por el nuevo día. La gente no sabe lo que es amanecer, lo da por garantizado.
—¿Y lo último, cuando te vas a dormir?
Dar gracias a Dios por el día. Si me quieres llamar religioso, llámame religioso. Yo soy creyente, creo que somos creados, y no un invento de nada o un microbio. Somos un diseño de Dios.
DATOS:
– La gira mundial Agradecido incluirá ciudades de los Estados Unidos, Canadá, América Latina y Europa.
– El primer concierto será en The Fillmore Miami Beach este 11 de mayo. Luego se presentará el 24 de mayo en Santo Domingo y el 1 de junio, en The Wiltern Theatre, de Los Ángeles, CA.