CIUDAD DE MÉXICO – Este 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud, instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde hace 70 años. Esta celebración trata de destacar todos los factores que influyen en el estado de salud de las personas, y aunque no lo creas, no todo es falta de ejercicio o mala alimentación: el exceso de trabajo puede ser uno de los elementos más perjudiciales.
Trabajar de más incrementa los niveles de estrés, un mal que hoy en día se toma poco en cuenta, pero que afecta la salud de millones de personas alrededor del mundo.
El estrés aumenta el cortisol, una hormona que incrementa los niveles de azúcar, lo que puede derivar en diabetes, explica Rodolfo Nava, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM. El cortisol también debilita el sistema inmunológico, causa problemas digestivos, estimula la secreción de ácido gástrico, eleva la presión arterial y provoca infertilidad, irritabilidad, palpitaciones, cansancio o dolores de cabeza permanentes.
Esta hormona también es responsable de la falta de apetito y provoca alteraciones en los ciclos del sueño, lo que posteriormente puede convertirse en fatiga crónica.
A través de un comunicado, el especialista hizo énfasis en que México es el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en donde más se trabaja al año, con un total de 2,257 horas, y donde además las personas se retiran a una edad más avanzada, a los 73 años, en una nación cuyo promedio de vida es de 75.
Según Nava, si una persona labora 11 horas al día, es dos veces más propensa a padecer depresión, y si lo hace durante 55 horas a la semana, su riesgo de sufrir un infarto es de un 33%.
De acuerdo con el académico, este problema se debe a que quienes organizan los esquemas laborales son los patrones, y lo hacen con pocos acotamientos por parte de la ley. “Ellos establecen los horarios de entrada y salida, salarios, niveles jerárquicos en las empresas y hasta las obligaciones de cada quien, al tiempo que entorpecen y frenan cualquier intento de impulsar mejoras en este ámbito”, expresó.
Además, agregó que la mayoría de las legislaciones mundiales estipulan que una persona debería laborar 40 horas a la semana como máximo, pero en México se establecen 48, sin contar las horas extras. “Esto puede llegar a generar afectaciones a nivel orgánico, psicológico e incluso social, pues el trabajo excesivo deteriora las relaciones familiares e interpersonales”.
Menos es más
Con sus 2,257 horas anuales de trabajo, México no sólo sobrepasa por mucho la media de las naciones de la OCDE (1,744), y casi duplica el tiempo trabajado en Alemania durante un año (1,356).
Irónicamente, México no es el país más productivo de la OCDE, pues de hecho registra uno de los niveles más bajos en este aspecto, en contraste con sus miles de horas trabajadas.