A partir de ahora, en Puerto Rico están prohibidas las supuestas terapias que buscan obligar a las personas a cambiar su orientación sexual.
El gobernador Ricardo Rosselló firmó una orden ejecutiva con el fin de prohibir las terapias de conversión para menores de edad homosexuales o transgénero en la isla.
La decisión fue tomada después de que la Cámara de Representantes del estado se rehusó a votar un proyecto de ley que habría prohibido esas terapias, una práctica que afirma que puede cambiar la orientación sexual o la identidad de género de las personas.
“Creo firmemente que la idea de que hay personas en nuestra sociedad que necesitan tratamiento debido a su identidad de género o la persona que aman no sólo es absurda, sino que también es nociva para muchos niños y adultos jóvenes que merecen ser tratados con dignidad y respeto”, declaró el gobernador de la entidad Ricardo Rosselló la semana pasada, cuando anunció sus planes sobre el tema.
El proyecto de ley original buscaba prohibir la terapia de conversión entre los profesionales médicos certificados y en las instituciones religiosas que reciben financiamiento del Estado.
La Cámara de Representantes se rehusó a realizar la votación o sostener audiencias públicas para los sobrevivientes de estos tratamientos.
El presidente de la Cámara de Representantes, Gabriel Rodríguez Aguiló, dijo que había pocas pruebas de que la práctica se realizara de manera generalizada en Puerto Rico.
Los miembros de la Cámara de Representantes también sintieron que la definición de la terapia de conversión era “demasiado amplia” y potencialmente podría incluir otros tipos de rehabilitación, como la de adicción a las drogas, señaló.
Rodríguez Aguiló insistió en que la decisión “no tenía nada que ver” con la discriminación.
Vivir el rechazo
Alejandro Santos Calderón, un activista que dijo que lo obligaron a someterse a una terapia de conversión en Puerto Rico, acusó discriminación.
“La comunidad LGBT está cansada y se siente ignorada e invalidada”, comentó Santos Calderón quien trabaja con organizaciones de defensa de derechos humanos.
Alejandro creció en un hogar cristiano evangélico.
Sin embargo, abandonó la iglesia porque sus representantes trataban de “ayudarlo a deshacerse del demonio de la homosexualidad”.
“En Puerto Rico, no hay un espacio en el que pueda practicar mi espiritualidad”, compartió Santos Calderón.
Esto a pesar de que casi el 90 por ciento de los habitantes del país caribeño se identifican como católicos o protestantes, de acuerco con un estudio de 2014 del Pew Research Center.
El decreto del Ejecutivo exige que todas las instituciones médicas que solicitan una licencia garanticen que no ofrecerán terapias de conversión, de acuerdo con un comunicado de prensa de la oficina del gobernador de la entidad.
Las iniciativas para prohibir las terapias de conversión gay han aumentado en EU.
La terapia de conversión (que está basada en la idea de que la homosexualidad es un trastorno mental que puede tratarse o curarse) ha sido desacreditada por los profesionales de la salud mental .
Esto debido al “daño grave y potencial” que puede provocar, según un informe emitido por la Asociación Psicológica Estadunidense y 12 organizaciones más.
“Actualmente estamos dando un paso hacia el progreso con el fin de concientizar a la gente sobre este tipo de prácticas que infligen dolor y sufrimiento”, comentó Rosselló.