El escrutinio sobre Boeing se intensifica, con dos nuevos frentes. El Departamento de Transporte de Estados Unidos está investigando el proceso seguido por la agencia de la aviación (FAA, en sus siglas en inglés) para autorizar la puesta en servicio del B737 MAX, la versión más moderna del bimotor de pasillo único. El Departamento de Justicia también está solicitando información sobre la certificación del avión implicado en los dos últimos siniestros.
La investigación por parte de los departamentos de Transporte y Justifica fue adelantada por el The Wall Street Journal. Se trata de determinar si hubo fallos en las normas de aprobación y las técnicas que utilizó la FAA para certificar el sistema de control de vuelo (MCAS, en sus siglas en inglés). The Seattle Timespublicaba este fin de semana un reportaje de investigación cuestionando los protocolos seguidos.
El doble accidente de Lion Air y Ethiopian Airlines está provocando un examen en paralelo de la relación entre la FAA y Boeing. Es conocido que la agencia no dispone del personal necesario para certificar todos los detalles de los aviones. Parte del proceso se deja así en manos de los ingenieros del propio fabricante, que deben seguir determinados parámetros que estable el regulador.
Boeing responde asegurando que sigue todos los protocolos que establece la FAA para la certificación de los aviones y que en el caso del B737 MAX no hubo nada inusual en el proceso para lograr el aprobado. El diseño y el desarrollo del aparato, insisten desde la autoridad reguladora respondiendo a las críticas contra su procedimiento de verificación, fueron minuciosamente examinados. “Los procesos de certificación están bien establecidos y han producido de manera consistente diseños seguros de aviones”, insiste. También se está cuestionando la diligencia con la que Boeing y la FAA está tratando de llegar a una solución para resolver los problemas con el MCAS, que debería haber estado listo para el pasado enero. El objetivo ahora es finalizar la actualización para abril.
Todas las investigaciones abiertas en este momento tratan de determinar la responsabilidad del sistema de estabilización en los accidentes de Lion Air, el 29 de octubre, y de Ethiopian Airlines, el 10 de marzo. En los dos aviones había un total de 346 personas abordo. Todas fallecieron tras estrellarse la aeronave en la que viajaban pocos minutos después de despegar. Boeing repite que está evaluando la nueva información recibida respecto a los dos accidentes del modelo MAX.
El MCAS es un sistema que se instaló por primera vez en los B737 MAX. La aeronave tiene motores más potentes y pesados que en las generaciones anteriores. Eso cambia el perfil aerodinámico y el punto de gravedad del avión. Para evitar que el morro se incline demasiado y el aparato pierda el sustento en el despegue, se activa automáticamente un mecanismo de seguridad que lo echa hacia abajo.
Los títulos de Boeing volvían a notar la presión este lunes por la incertidumbre, al abrir la sesión bursátil con una caída próxima al 2%. La gran pregunta que se hacen los inversores en esta situación es cuánto tiempo va a llevar a rectificar el sistema de estabilización del B737 MAX, volver a certificarlo y reinstalarlo en todas los aparatos, algo que podría llevar varios meses, y como la suspensión indefinida de vuelos puede afectar a las futuras entregas de este modelo, el más popular.