Un inmigrante hondureño identificado como Erlin Gutiérrez Maradiaga logró escapar en la tarde del sábado de una prisión federal de Georgia, una fuga desesperada en un penal denunciado por irregularidades y maltrato.
Gutiérrez saltó tres vallas de alambre espino para fugarse, convirtiéndose así en la primera persona que logra escapar del centro de detención de Stewart, según informa el diario Atlanta Journal-Constitution.
El inmigrante desapareció a las 7:20 del sábado, según CoreCivic, la compañía privada que opera esta cárcel bajo contrato del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés). La prisión se encuentra en Lumpkin, un pueblito al sur de Columbus, y alberga 1.900 inmigrantes de más de 140 países.
Gutiérrez es “un detenido de seguridad baja sin pasado criminal”. Tras la fuga, la prisión alertó a ICE y a la Oficina del Sheriff del condado de Stewart, que iniciaron su búsqueda. Un agente aseguró que se encontraba gravemente herido tras saltar el vallado espino, según el citado diario.
Gutiérrez fue capturado en la mañana del domingo, cuando caminaba por la carretera US 27.
Dos inmigrantes se han quitado la vida ahorcándose en el centro de detención de Stewart en menos de dos años, según el citado diario.
Jean Jiménez Joseph, de 27 años y nacionalidad panameña, se ahorcó con una sábana en mayo de 2017. Había pasado más de dos semanas en una celda de aislamiento (un agujero de 13×7 pies en el que estuvo encerrado 23 horas al día), pese a mostrar comportamientos suicidas, y se encontraba en proceso de ser deportado, según informa la cadena CNN.
En julio de 2018, Efrain De La Rosa, de 40 años y nacionalidad mexicana, se suicidó ahogándose también después de pasar 10 días en una celda de asilamiento. Llevaba cuatro meses encarcelado e iba a ser deportado tras pasar 18 años en Estados Unidos.
Jiménez y De la Rosa tenían un historia de problemas psiquiátricos. La organización de derechos civiles Project South Advocacy denunció en mayo de 2017 numerosas irregularidades en esa prisión, incluido que se servía comida y agua en mal estado a los detenidos, falta de higiene, acceso limitada a ayuda legal, e incluso explotación laboral (el trabajo se paga a un dólar la hora).