La muerte de dos personas sacudió este viernes la frontera entre Venezuela y Brasil, solo horas después de que el Gobierno de Nicolás Maduro decretara el cierre total del paso, y la misma jornada en la que el antichavismo se dijo listo para ingresar al país las ayudas que se acopian en sus límites.
El diputado opositor Américo De Grazia informó que una mujer y un hombre pertenecientes a los pueblos indígenas de Venezuela murieron tras enfrentarse con miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en un intento por reabrir el paso fronterizo.
Los fallecidos fueron identificados como Zoraida Rodríguez y Rolando García, sin que se indicaran más detalles.
De Grazia también dijo que los enfrentamientos se iniciaron la tarde el jueves, pero que escalaron a primeras horas de este viernes cuando se presentó “un tiroteo”.
Además, 15 personas -todos hombres- resultaron heridas y fueron trasladadas a distintos centros hospitalarios de Venezuela y Brasil, lo que permitió la momentánea apertura del paso fronterizo.
Tres de los heridos están en condición crítica y son atendidos en el Hospital General de Roraima, en Boa Vista.
Otros parlamentarios, como Olivia Lozano, han informado que los indígenas han estado protestando para exigir a los militares el respeto a la Constitución y “que se pongan del lado de la ciudadanía”, en alusión a las constantes peticiones de los opositores a la Fuerza Armada para que desconozca a Maduro.
La Fuerza Armada no comentó de manera oficial el suceso. Tampoco lo hizo Maduro, que este viernes guardó un inusual silencio y no apareció en público.
Quien sí lo hizo, desde Nueva York, fue el canciller venezolano, Jorge Arreaza, para desvincular al Gobierno con estos sucesos.
En Bolívar, uno de los estados más ricos de Venezuela por su explotación de oro, petróleo, diamantes y coltán, se encuentra una comisión de parlamentarios para buscar este sábado la ayuda humanitaria, pese al rechazo de Maduro.
Las donaciones que vienen de Estados Unidos y otros naciones se encuentran en puntos de acopio en países vecinos de Venezuela como Colombia, Brasil y la isla de Curazao.
Pero Maduro ordenó el jueves el cierre de la frontera con Brasil y con las islas de los Países Bajos, incluyendo a Curazao, mientras analiza si hace lo mismo con el paso a Colombia.
Posteriormente, Juan Guaidó, jefe del Parlamento y quien el 23 de enero se proclamó presidente interino de Venezuela, ordenó la apertura de la frontera con Brasil y mantener las relaciones diplomáticas con las islas.
El antichavismo, entretanto, se declaró hoy listo para ingresar al país las donaciones, lo que espera hacer a través de varios pasos fronterizos de Colombia y Brasil, según dijo el legislador opositor Miguel Pizarro.
“Mañana damos un paso para que entre la primera parte de los compromisos y la ayuda conseguida. Mañana estaremos movilizando, fundamentalmente, lo que viene de Chile, Colombia, Brasil, el apoyo centroamericano y una parte de Estados Unidos”, indicó en una rueda de prensa.
Asimismo, señaló que en el primer lote se movilizará en ambas fronteras el auxilio alimenticio, parte de los kits de higiene y el apoyo nutricional para las poblaciones vulnerables.
Pizarro añadió que los “venezolanos en el exilio” organizarán “una gran movilización” que acompañará a los camiones en los centros de acopio de ambas fronteras.
El diputado venezolano resaltó que “una vez que se logre avanzar” con el ingreso de este primer lote de ayuda humanitaria el objetivo será la instalación de un canal humanitario que permita “convertir en realidad” el apoyo de Argentina, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y el Grupo de Lima.
La ciudad colombiana de Cúcuta, el estado brasileño de Roraima, ambos limítrofes con Venezuela, y Curazao, un territorio autónomo de Países Bajos situado en el mar Caribe, son los tres puntos de recepción y almacenamiento de víveres y medicinas para los venezolanos.
La tensión en Venezuela se incrementó desde la proclamación de Guaidó como jefe de Estado y de Gobierno encargado del país el pasado 23 de enero por considerar ilegítimo a Nicolás Maduro tras ser reelegido en los comicios del 20 de mayo de 2018, que la oposición tacha de “fraudulentos”.
Esta acción aceleró la crisis política en Venezuela, debido a que, además, buena parte de la comunidad internacional -como Estados Unidos y varios países europeos y latinoamericanos- han dado su respaldo a Guaidó y presiona para que se convoque a elecciones.