Una mujer embarazada viajó desde China hasta el sur de California con visado de turista y dio a luz a su hijo en Estados Unidos, una práctica conocida popularmente como turismo-bebé, que sirve para que el niño tenga nacionalidad estadounidense (lo que se considera refinado en algunos países) y poder usarlo para emigrar cuando sea mayor de edad.
Sin embargo, en esta ocasión los padres decidieron volver a China abandonando al bebé en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de San Diego, presuntamente tras conocer que sufría problemas de salud derivados de un parto prematuro, según ha informado un doctor, Shen Bowwn, al diario chino World Journal, en una historia recogida por el periódico The Epoch Times.
Los niños nacidos en suelo estadounidense adquieren automáticamente la nacionalidad, y tienen derecho a pedir la residencia permanente para sus padres y hermanos una vez cumple los 21 años. Este sistema de visado de reunificación familiar ha sido criticado repetidamente por el presidente, Donald Trump, que quiere acabar con él, pese a que su mujer, Melania, lo utilizó, una vez lograda su nacionalidad por méritos propios, para traerse al país a sus padres.
El presidente también ha puesto en cuestión que los niños nacidos en suelo estadounidense puedan adquirir automáticamente la nacionalidad sin tener padres de este país, aunque es un derecho recogido en la Constitución. Las autoridades migratorias prohíben en ocasiones la entrada a mujeres que no tienen seguro médico, porque tendrían que ser atendidas con dinero público.
En sus páginas de Internet, estas redes publicitan las supuestas ventajas para el niño: nacionalidad, 13 años de educación gratuita, ayudas financieras para ir a la universidad, menos contaminación y un camino a la ciudadanía para el resto de la familia. Según informa la cadena NBC, las mujeres vuelan a través de Hawaii o Nevada para evitar las sospechas de los agentes fronterizos de Los Ángeles. Luego pasan semanas en hoteles donde pagan 3.000 dólares al mes, y dan a luz en hospitales donde obtienen precios reducidos por falta de recursos (4,000 dólares, en vez de 25,000).
No es algo que hagan solo los chinos: según NBC, es una práctica común también en Rusia, donde parece ser un símbolo de estatus social.