El blanco que vistieron hoy las legisladoras demócratas de la Cámara Baja de EE.UU. difuminó el llamamiento a la unidad que hizo el presidente estadounidense, Donald Trump, en su segundo discurso del Estado de la Unión ante el Congreso.
Antes de la llegada del mandatario al hemiciclo, las carcajadas, sonrisas y selfis de las mujeres vestidas de blanco contrastaban con la seriedad al otro lado del pasillo, ocupado mayoritariamente por legisladores republicanos vestidos en traje oscuro y corbata.
Con la entrada casi triunfal de Trump en la Cámara de Representantes, los papeles fueron intercambiados inmediatamente y las cerca de 70 legisladoras vestidas de blanco empezaron a sentarse y a cambiar sus rostros alegres por una seriedad generalizada.
Las políticas demócratas de la Cámara Baja decidieron vestir de ese color para destacar el poder femenino en el Capitolio después de las elecciones legislativas de noviembre pasado y para conmemorar el acceso al voto de las mujeres, alcanzado en 1920 en EE.UU.
Un total de 127 mujeres -102 en la Cámara Baja y 25 en el Senado- ganaron batallas electorales en los comicios de noviembre, marcando un récord histórico de presencia femenina en el poder legislativo estadounidense.