El presidente de Filipina, Rodrigo Duterte, aseguró que la mayoría de curas son gays y le pidió a la Iglesia Católica que les permita tener novios. Lo dijo durante un discurso en un colegio en la capital Manila.
“Lo único que puedo decir es que los obispos son unos hijos de puta, maldita sean. Eso es cierto. Y la mayoría son gays“, dijo el mandatario.
“Ellos deberían salir del closet, cancelar el celibato y que les permitan tener novios“, agregó.
Duterte, quien es católico, ha hablado abiertamente de los abusos que sufrió de de niño por parte de curas.
Hace un mes, durante un discurso en el palacio presidencial, dijo que los curas eran “bastardos inservibles” y que deberían ser “asesinados”.
Además, el mandatario filipino dijo que la Iglesia es “la institución más hipócrita que hay” y que su dio es distinto al que adoran los católicos.
Se cree que el ataque de Duterte a los curas tiene que ver con la oposición y las críticas de la Iglesia Católica a la sangrienta guerra contra las drogas que emprendió el mandatario que ha dejado miles de muertos.