El movimiento de los ‘chalecos amarillos, que comenzó como una protesta por un nuevo impuesto sobre el precio de la gasolina y el diesel, se ha convertido en una movilización masiva motivada por la pérdida de poder adquisitivo de la clase media en Francia.
Las protestas volvieron a reunir a decenas de miles de ciudadanos indignados este fin de semana en muchas ciudades del país. Según datos del Ministerio del Interior galo vía la publicación Valeurs, en todo el país se congregaron 66.000 personas el pasado sábado 15 de diciembre, alrededor de la mitad que una semana antes, en el que esta cifra fue de 126.000. Tal y como muestra este gráfico, a mediados de noviembre el número de “indignados” rondaba los 280.000. La coincidencia de las fiestas Navideñas con el movimiento podría ir en beneficio del presidente Emmanuel Macron, cuya Presidencia continúa en estos momentos en manos de los ‘chalecos’.