Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco rogó hoy a todos los Estados que continúan aplicando la pena de muerte, “que adopten una moratoria con miras a la abolición de esta forma cruel de castigo”.
Francisco hizo este llamamiento en un discurso entregado a los miembros de la Comisión Internacional contra la pena de muerte con quienes mantuvo hoy una reunión privada.
En el mensaje que les entregó, ya que prefirió improvisar su discurso, el pontífice invitó a todos los Estados que no han abolido la pena de muerte, pero que no la aplican, “a que continúen cumpliendo con este compromiso internacional y que la moratoria no se aplique solo a la ejecución de la pena sino también a la imposición de las sentencias a muerte”.
“La moratoria no puede ser vivida por el condenado como una mera prolongación de la espera de su ejecución”, aseveró.
Mientras que a los Estados que continúan aplicando dicha pena, agregó, “les ruego que adopten una moratoria con miras a la abolición de esta forma cruel de castigo”.”La suspensión de las ejecuciones y la reducción de los delitos conminados con la pena capital, así como la prohibición de esta forma de castigo para menores, embarazadas o personas con discapacidad mental o intelectual, son objetivos mínimos con los que los líderes de todo el mundo deben comprometerse”, añadió.
E indicó que las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas sobre moratoria del uso de la pena de muerte, “que tienen por fin suspender la aplicación de la pena capital en los países miembros, son un camino que es necesario transitar sin que ello implique cejar en la iniciativa de la abolición universal”.
El pontífice recordó que en la nueva redacción del Catecismo de la Iglesia Católica se declara “inadmisible” en cualquier caso la aplicación de la pena de muerte.
Admitió que “incluso en el Estado pontificio se ha recurrido a esta forma inhumana de castigo, ignorando la primacía de la misericordia sobre la justicia”.
Por ello, “la nueva redacción del Catecismo implica asumir también nuestra responsabilidad sobre el pasado y reconocer que la aceptación de esa forma de castigo fue consecuencia de una mentalidad de la época, más legalista que cristiana, que sacralizó el valor de leyes carentes de humanidad y misericordia”.
“A nadie puede quitársele la vida ni la esperanza de su redención y reconciliación con la comunidad”, insistió.
Los miembros de esta Comisión Internacional contra la pena de muerte explicaron en un encuentro con la prensa que pedirían al papa que se haga portavoz de la abolición de dicha condena en sus encuentros interreligiosos o en las reuniones que mantiene con otros Jefes de Estado y Gobierno de todo el mundo.
Uno de sus miembros, el exgobernador de Nuevo México (EEUU) Bill Richardson, explicó que comunicarían al papa su petición al gobernador de California, Jerry Bronw, de que antes de terminar su mandato adopte una moratoria de la pena a los 740 condenados en el corredor de la muerte de su estado.
EFE