La lluvia ayudó a extinguir un mortal incendio en el norte de California, pero la humedad también convirtió las cenizas en una pasta espesa y obstaculizó la búsqueda de fragmentos de hueso que podrían indicar la presencia de un cadáver.
El incendio, el más letal de Estados Unidos en el último siglo, causó la muerte de por lo menos 84 personas, y más de 560 se reportan aún como desaparecidas.
A pesar del mal clima, más de 800 voluntarios buscaron restos el Día de Acción de Gracias y nuevamente el viernes, dos semanas después de que las llamas arrasaron las laderas de la Sierra Nevada.