El virus del Zika se detectó por primera vez en Brasil en abril de 2015. Lo transmite el mosquito Aedes aegypti, que también propaga el dengue, el Chikungunya y el virus del Nilo Occidental.
Aunque los síntomas son relativamente leves (fiebre, erupciones cutáneas y dolor articular), las autoridades de salud de todo el mundo creen que el virus se relaciona con el aumento en los casos de microcefalia: los bebés nacen con la cabeza anormalmente pequeña.
Luiz Felipe es uno de los más de 4,000 casos que se han reportado en Brasil en los meses pasados, lo que representa un aumento considerable respecto a los 147 casos que se registraron a nivel nacional en 2014.
El estado de Pernambuco sufre la pobreza y la sequía y ha sido el más afectado: allí se registró el 33% de los casos recientes. El hospital Oswaldo Cruz, en Recife, la capital del estado, se ha vuelto el principal centro de triaje para las madres confundidas de todo el estado.
“Un día llegaron dos o tres casos; luego llegaron cuatro; luego llegaron veinte”, dijo Angela Rocha, epidemióloga pediátrica que ha atendido a muchos de estos niños. “Ahora no sabemos cuándo va a parar. Es una enfermedad para la que todavía no hay vacuna y la única forma de controlarla es eliminando el vector”.
Gran parte de las madres afectadas, tales como Santos, viven en casas precarias cerca de aguas estancadas y de sistemas de drenaje en los que medra la hembra del mosquito transmisor.
Fuente: CNNenespañol